El Centro para el Estudio y Defensa de las Aves Silvestres (Ceydas), una ONG que estudia y protege las aves silvestres y su ambiente en Entre Ríos (Argentina), denunció que un grupo de cazadores estadounidenses desató la indignación en la provincia de Santa Fe por matar a decenas de patos de collar y cuturíes; especies autóctonas y protegidas por la ley provincial.
Imágenes difundidas en redes sociales por el coto de caza de la firma MGW Outfitters, que organizó la cacería, indican que la matanza ocurrió a fines de junio. En ellas se aprecia a los participantes posando junto a sus numerosas presas abatidas. «Las horrorosas publicaciones muestran a cazadores extranjeros orgullosos con ‘ramos’ de patos muertos colgando en sus manos o con cientos de cadáveres de aves; formando las siglas del coto ‘MGW'», señalan en su denuncia.
En Santa Fe, la actividad cinegética está regulada por la Resolución 129/2024, que permite la caza de tres especies específicas de patos: sirirí, sirirí pampa y crestón, del 1 de mayo al 31 de julio, con un límite de 6 ejemplares por especie y un máximo de 12 en total. Sin embargo, los cazadores ilegales estadounidenses superaron ampliamente estos límites.
«Estas indignantes publicaciones ponen nuevamente a los cotos de caza en el centro de la polémica y siguen alimentando el enorme rechazo social que genera esta actividad. Además, queda en evidencia la impunidad con la que operan estos establecimientos cinegéticos y la absoluta incapacidad del gobierno de Santa Fe para controlar», indicó el Ceydas.
Turistas viajan a Argentina para realizar ese tipo de actividades
«La gran responsabilidad cae en el gobierno de la provincia de Santa Fe, que autoriza algo que de antemano sabe que no tiene la capacidad para controlar. Los cotos de caza traen cazadores extranjeros que pagan entre 3.000 y 4.000 dólares una excursión para matar patos, entonces se van a exceder»; criticó Gabriel Bonomi, representante de Ceydas, en entrevista con el diario UNO Santa Fe.
Bonomi señaló que los turistas viajan hasta allí para realizar ese tipo de actividades porque «en la mayoría de los países de origen está prohibido o está muy restringido; y en nuestras provincias de Entre Ríos y Santa Fe se les abre la puerta para que vengan a matar».
«Es un negocio que realmente debería estar prohibido, le deja muy poco a las arcas del Estado», reclamó Bonomi, subrayando que las aves abatidas no son plagas; no son exóticas ni tampoco abundantes. Asimismo, enfatizó en que, por su carácter migratorio; estas especies son «muy importantes para el ecosistema»
«Al ser migratorias, la importancia ecológica se potencia, porque en sus plumas, en sus picos y en sus patas llevan a lo largo de toda su ruta migratoria huevos de peces y semillas de plantas acuáticas y las dispersan. A veces, algunas especies viajan hasta 2.000 kilómetros», explicó Bonomi.
«Son muy importantes en este sentido, y que se permita la matanza por parte de los gobiernos es atentar contra el patrimonio natural y cultural de los santafesinos», concluyó.