Al menos 26 personas, incluidos 16 niños, murieron durante ataques a tres aldeas en Papúa Nueva Guinea el 16 y 18 de julio, informó el miércoles la ONU, añadiendo que el balance definitivo podría superar los 50 muertos.
«Estoy horrorizado por la impactante erupción de violencia mortal en Papúa Nueva Guinea, aparentemente debido a una disputa por la propiedad y los derechos de uso de tierras y lagos»; declaró Volker Türk, Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, en un comunicado.
El comunicado especifica que los ataques ocurrieron en la provincia del Sepik Oriental.
El número de muertos podría superar los 50 «a medida que las autoridades locales buscan a personas desaparecidas»; precisó el Alto Comisionado, quien indicó que más de 200 aldeanos huyeron cuando sus casas fueron incendiadas.
Ataques en aldeas de Papúa Nueva Guinea
Türk instó a las autoridades «a realizar investigaciones rápidas, imparciales y transparentes» y a asegurar que los responsables rindan cuentas por sus actos.
«Hago un llamado a las autoridades para que trabajen con las comunidades afectadas para abordar las causas profundas de los conflictos por tierras y lagos»; concluyó.
La población de Papúa Nueva Guinea se ha más que duplicado desde 1980; aumentando la presión sobre las tierras y los recursos, exacerbando las rivalidades tribales.
Los enfrentamientos tribales se han intensificado en los últimos años con la llegada de armas automáticas y mercenarios.
En los últimos años el gobierno de la isla ha multiplicado las estrategias para frenar la violencia sin mucho éxito.