Cerca de 200.000 personas vivieron en centros de acogida estatal o religiosos sufrieron abusos durante décadas en Nueva Zelanda, indicó una investigación publicada el miércoles, que llevó al primer ministro a pedir disculpas y prometer reformas.
Los autores del informe describieron malos tratos generalizados en instituciones estatales y religiosas y señalaron que se trata de una “catástrofe nacional impensable” que causa “daños inimaginables”.
Durante la investigación, que duró seis años, decenas de víctimas relataron los abusos físicos, sexuales y mentales a los que fueron sometidos en orfanatos, centros de acogida, hospitales psiquiátricos y otras instituciones.
La comisión encargada del informe descubrió que “de los 655.000 niños, jóvenes y adultos que se calcula que han estado en estas estructuras entre 1950 y 2019, se estima que 200.000 sufrieron abusos y un número aún mayor, negligencias”.
Decenas de víctimas abusadas en Nueva Zelandia
Algunos niños fueron sometidos a terapia electroconvulsiva. Otros denunciaron abusos sexuales por parte de funcionarios eclesiásticos. Las madres jóvenes dijeron también que se les obligaba a dar a sus hijos en adopción.
El informe subraya además que algunos de los abusos estaban “impregnados de racismo” contra las personas de etnia maorí que se encontraban bajo tutela.
Una vez que estaban en estas infraestructuras; “los supervivientes maoríes sufrieron un trato más duro en muchos entornos”; afirmó Arrun Soma, asesor principal de la investigación.
El primer ministro neozelandés, Christopher Luxon, admitió que la publicación del informe representa “un día oscuro y triste en la historia de Nueva Zelanda”. “Como sociedad y como Estado tuvimos que haber hecho mejor. Estoy convencido de que lo haremos mejor”, declaró.
La investigación comenzó en 2018 y ha hecho 233 recomendaciones de reforma que el gobierno de Luxon ha prometido considerar. Las autoridades presentarán sus disculpas oficiales el 12 de noviembre.