La gran historia de dos revolucionarios granadinos: A través de la docencia, Rodolfo José Urtecho pudo conocer de primera mano la desigualdad social y la injusticia reinante en los años 70 en Nicaragua, lo que lo llevaría a convertirse en un colaborador en la lucha que sostenía el Frente Sandinista en el campo y la ciudad.
“Yo veía la desigualdad en el campo, cómo el campesino no sabía leer, no tenía para comer. Yo comía lo mismo que ellos, cuando había, mientras di clases en el campo”. Fue así que se encendió en su corazón la chispa por generar un cambio, inquietud que lo llevó a convertirse en colaborador del Frente Sandinista.
Su trabajo político y logístico, con el apoyo de su esposa, contribuyó a sostener la lucha armada que se vivía en el país:
“Yo pegaba papeletas, organizaba a los otros maestros, recogía víveres para los guerrilleros, robaba tubos de ensayo de los laboratorios y materiales para hacer las bombas de contacto”; recordó Urtecho, quien tuvo en su esposa, Rosario Ortiz, un apoyo en la crianza de los hijos y en el cumplimiento de misiones.
La gran historia de dos revolucionarios granadinos
Mientras tanto, con las armas en la mano, María Auxiliadora Trujillo, “Luisa Amanda”, participaba en las acciones guerrilleras que debilitarían día con día el terror de la dictadura de Somoza, hasta llegar al glorioso 19 de julio.
El amor por la patria, sumado al compromiso revolucionario, avivaron en Trujillo la idea de que algo tenía que cambiar; disponiéndose a la lucha armada a los 17 años en 1977 desde el FSLN.
“Me desempeñé como correo, participé en hostigamientos a la guardia, tomas de iglesias, fui responsable del comando de las Brigadas Populares Revolucionarias en Granada. Fui capturada por la Guardia, pero logré salir libre. Aquí sigo y si me lo preguntaran, lo volvería a hacer”.
Tanto Urtecho como Trujillo, ahora diputados por Granada, se sienten orgullosos de su participación en la liberación de Nicaragua. A la vez, reconocen las conquistas alcanzadas por la revolución, así como el desarrollo del país. Ambos coinciden en que la entrega a la causa revolucionaria ha sido la mejor decisión que han tomado en su vida.