No era ninguna sorpresa que al inicio de Wimbledon Novak Djokovic no estaba convencido que pudiera ganar el torneo menos de un mes después de que se sometió a una cirugía para reparar un desgarro en el menisco de la rodilla derecha.
“Sólo pensaba en moverme bien y no lesionarme”, aseguró.
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Tras superar sus primeros duelos en el All England Club, pero sus pensamientos cambiaron para decirse: “Ok, creo que estoy cerca de mi mejor estado y podría tener la oportunidad de ganar el título”.
Ahora está a una victoria de ganar su octavo campeonato en Wimbledon —para empatar el récord de Roger Federer de hombres— y su 25mo título de Grand Slam, más que cualquier otro tenista en la historia. Pero no será fácil. El domingo Nole enfrentará al campeón defensor Carlos Alcaraz en una revancha de la final del año pasado y a la que asistirá la Kate, Princesa de Gales, en una inusual aparición pública tras ser diagnosticada con cáncer.
“La historia está en juego”, indicó Djokovic sobre los hitos que podría alcanzar. “Por supuesto es una gran motivación, pero al mismo tiempo también pone una gran presión y expectativas. Cada vez que me paro ahora en la cancha, incluso a los 37 años y enfrentó a jugadores de 21; aún espero ganar la mayoría de los duelos. Y la gente espera que yo gane”.
Pero fue Alcaraz, durante Roland Garros, quien reconoció el historial de Djokovic al regresar de lesiones: “Vuelve más fuerte y rápido”. Nuevamente Alcaraz llamó sobrehumano a Nole cuando se enteró que volvería a la acción.