Miami (EE.UU.), 26 nov (EFE).- Dos adolescentes hispanos murieron el lunes por la noche tras recibir supuestamente un disparo de manos de un amigo mientras los tres jugaban con una pistola dentro de una vivienda familiar en Miami, informaron este martes autoridades policiales.
Julio Labrada, de 14 años, y José Villareal, de 15, estaban de visita en la casa de un amigo en el suroeste de Miami cuando el anfitrión tomó un arma de fuego y disparó hiriendo a ambos de muerte, dijo el detective de la Policía de Miami-Dade Álvaro Zabaleta.
De acuerdo con declaraciones de Zabaleta recogidas por medios locales, la misma bala impactó "fatalmente" a Labrada y a Villareal.
El joven de 15 años que disparó el arma fue detenido y enfrenta cargos de homicidio involuntario por la muerte de sus amigos.
Te puede interesar: Muere estudiante impactado por una bomba lacrimógena tras manifestaciones en Colombia
Citando fuentes policiales, la cadena Univision indicó que el autor del disparo es otro hispano, José Blanco, también de 15 años, quien manipulaba el arma y supuestamente se le disparó de manera accidental.
Según una declaración jurada tras el arresto, el sospechoso le dijo a los detectives que tenía el arma en el garaje de la casa.
Durante una búsqueda en la vivienda, los oficiales encontraron dos armas y sacaron del garaje un calentador de agua con un agujero de bala, indica por su parte Local 10.
Labrada era un estudiante de octavo grado de la escuela Keys Gate Charter, amplió el mismo medio sin dar más referencias ni de Villareal ni de Blanco.
También puedes ver: Mujer que quemó a sus hijos es condenada a 60 años de cárcel
"La familia Keys Gate Charter está profundamente entristecida por la pérdida de Julio Labrada, uno de nuestros estudiantes de octavo grado", dijo la directora de la escuela, Corinne Báez, en un comunicado.
En Estados Unidos es legal la adquisición de armas de fuego con base a la Segunda Enmienda de la Constitución, que protege el derecho del pueblo a poseer y portar armas, aunque existe un debate a nivel nacional sobre la necesidad de un mayor control sobre su venta, especialmente de las armas de gran calibre.
El Congreso lleva más de dos décadas sin aprobar una ley que limite significativamente la posesión de armas.