Israel se enfrenta este lunes a una ola de condenas internacionales por un bombardeo que según las autoridades de Gaza, mató a 45 personas en un campo de desplazados en Rafah, en el sur del territorio palestino, gobernado por el movimiento islamista Hamás.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, lamentó un «accidente trágico» y anunció que su gobierno estaba «investigando» lo sucedido.
El bombardeo se llevó a cabo en la noche del domingo en el marco de la ofensiva emprendida por Israel contra Hamás hace más de siete meses, a raíz del mortífero ataque de comandos islamistas de Hamás en territorio israelí el 7 de octubre.
El Ministerio de Salud de la Franja de Gaza, informó que «la masacre» en Rafah había dejado «45 muertos» y «249 heridos».
ONU pide a Israel llevar a cabo una investigación
Según el ejército israelí, el bombardeo tenía como objetivo a milicianos de Hamás y los aviones lograron golpear «una instalación» del grupo islamista, matando a dos altos cargos.
La ONU pidió a Israel llevar a cabo una investigación «exhaustiva y transparente» sobre el bombardeo y Estados Unidos urgió al país a «tomar todas las precauciones para proteger a los civiles».
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, dijo en la red social X que «estas operaciones» deben «cesar» y el jefe de política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, afirmó estar «horrorizado» por la noticia.
«Estamos investigando. Cualquier pérdida de vidas, de vidas civiles, es grave y terrible»; declaró Avi Hyman, portavoz del gobierno israelí, asegurando que Israel «intenta limitar las víctimas civiles».
El bombardeo se produjo horas después de que Hamás disparara cohetes contra la ciudad israelí de Tel Aviv y otras zonas del centro de Israel. Las defensas aéreas israelíes derribaron a la mayoría de los cohetes y no se registraron víctimas.
Según la agencia de protección civil de Gaza, el bombardeo provocó un incendio que arrasó un campo de desplazados en el noroeste de Rafah.
«Vimos cuerpos carbonizados (…) También vimos amputaciones, niños, mujeres y ancianos heridos»; declaró Mohamed al Mughayyir, un empleado de la agencia.
«Acabábamos de terminar la oración de la noche (…) nuestros hijos estaban durmiendo, de repente oímos un fuerte ruido y vimos fuego por todos lados. Los niños gritaban, el ruido era aterrador»; contó una sobreviviente que no quiso ser identificada.
Mohammad Hamad, de 24 años, dijo que «las personas no fueron heridas ni asesinadas: hubo quemados».