Esta semana, Nueva Caledonia; ha sido testigo de escenas de devastación debido a una ola de protestas en contra de una ley impulsada por París.
El territorio francés en Oceanía se encuentra bajo un estado de emergencia desde el lunes, y el Ejército francés ha sido desplegado para asegurar los puertos y el aeropuerto.
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Además, se han movilizado casi 1.800 policías para controlar la situación; y se ha prohibido el uso de la red social TikTok.
Las manifestaciones se han desatado como respuesta a un proyecto de ley constitucional que busca ampliar el electorado para las elecciones provinciales. Actualmente; el derecho al voto está reservado para los autóctonos y los residentes de larga data en el archipiélago.
Violencia en Nueva Caledonia
Sin embargo, la nueva legislación permitiría que las personas provenientes de la Francia continental con al menos diez años de residencia también puedan votar.
Asimismo, este cambio ha generado una fuerte oposición entre los partidarios de la independencia de Nueva Caledonia; quienes consideran que la medida diluiría su influencia política y cultural en el territorio.
También, los manifestantes han expresado su descontento mediante marchas y enfrentamientos con la policía, lo que ha llevado a una situación de gran tensión y caos en varias áreas del archipiélago.
El gobierno francés defiende la ley como una forma de democratizar el proceso electoral y fomentar la inclusión. Sin embargo, los críticos argumentan que la medida es un intento de París; para mantener su control sobre Nueva Caledonia, un territorio estratégico en el Pacífico.
A medida que las protestas continúan, la situación en Nueva Caledonia sigue siendo tensa y complicada.
Kanak people are revolting in the French territory of New Caledonia. Riots started after Paris granted French residents the right to vote in local elections.
New Caledonia has one of the most heavily armed civilian populations in the world. pic.twitter.com/UZQD5CEDku
— National Conservative (@NatCon2022) May 16, 2024
La comunidad internacional, observa con preocupación el desarrollo de los eventos; esperando una solución pacífica que respete los derechos y aspiraciones de todos los habitantes del archipiélago.
