LeBron James estaba sentado en su cubículo en un rincón, con una toalla alrededor de su cintura y una mirada de satisfacción en el rostro que había estado desaparecida durante buen tiempo.
Después de una inactividad de dos semanas, beneficiosas para su físico, James había recuperado frescura. Y su equipo también tras un par de canjes que permitieron a Cleveland mejorar en ambos extremos de la cancha. Y dos semanas después que se les señalara como un equipo sumido en el caos, los Cavaliers empezaron la semana con seis victorias en fila y trepando posiciones en la tabla.
James no se aventuraba a hablar sobre los playoffs o ganar un campeonato de la NBA, luego de la victoria ante Oklahoma City el domingo. Pero percibe que sus Cavs han enderezado el rumbo.
«Nos queda un largo camino por delante. No quiero pensar tan a futuro», dijo James. «Hemos venido jugando muy bien últimamente».
No causa sorpresa que James sea el alma del resurgimiento de Cleveland.
El cuatro veces Jugador Más Valioso se perdió ocho partido por dolencias en la espalda y la rodilla izquierda. El descanso le ha venido muy al astro de 30 años, que podría tentarse con una especie de «sabático» durante enero en futuras temporada. Corre, salta, marca y anota, todo al extraordinario nivel que todos conocen. Luce fuerte físicamente, y también mentalmente.
Fue declarado como el mejor jugador de la semana pasada en la Conferencia del Este, luego de promediar 27,8 puntos, 6,3 rebotes, 6,8 asistencias y 2,3 robos.
Los Cavaliers siguen siendo un equipo con sus fisuras, pero al estar en una débil Conferencia del Este, serán candidatos si tienen a James sano. Por ahora, la confianza sigue subiendo como la espuma y con un calendario favorable por delante, sólo tres de sus próximos 10 partidos son contra equipos con balances positivos de victorias y derrotas, todo indica que seguirán en alza.
«Hemos demostrado que podemos plantar cara contra los mejores equipos», dijo el delantero Kevin Love. «Parece que estamos poniendo las cosas en orden».
CLEVELAND (AP)