La cifra en mente para las ciudades estadounidenses que aspiran a organizar los Juegos Olímpicos
de 2024 es de 5.000 millones de dólares.
Boston, Los Ángeles, San Francisco y Washington presentaron sus planes
de gastos, todos por debajo de esa cantidad, como parte de sus
candidaturas para albergar la justa. Mantener el costo lo más bajo
posible es una de las principales metas de cualquier candidatura en el
futuro.
Faltan menos de dos meses para que el Comité Olímpico Estadounidense
(USOC, por sus siglas en inglés) decida qué ciudad, si es que elige a
alguna, respaldará como candidata para las Olimpiadas de 2024. El COI
ha puesto énfasis en evitar los gastos astronómicos. Es un tema
especialmente delicado en Estados Unidos, donde, a diferencia de la
mayoría de los países, el gobierno federal no ayuda a financiar los
Juegos Olímpicos.
Ninguna de las ciudades está ofreciendo datos específicos sobre sus
presupuestos, aunque todos oscilan entre 4.000 y 5.000 millones de
dólares. Casi siempre esas cifras aumentan una vez que los Juegos le
son otorgados a la urbe que gana la puja por organizarlos. Los
presupuestos preliminares tampoco incluyen mejoras de infraestructura
ampliaciones en aeropuertos, carreteras, vías férreas y mejoras por
el estilo que con frecuencia hacen que el presupuesto total se infle
enormemente.
«Hemos alentado con firmeza a cada una de las ciudades a que se aseguren
de que cualquier infraestructura nueva requerida con relación a los
Juegos forme parte del plan a largo plazo para la ciudad, incluso si no
son sede de las Olimpiadas», dijo Scott Blackmun, director general del
USOC, a The Associated Press.
Se ha reportado ampliamente que las erogaciones totales de Rusia en los
Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi fueron de 51.000 millones de
dólares, mientras que China gastó unos 40.000 millones en las
Olimpiadas de 2008. Esas cifras forman parte de las razones por las que
las ciudades se han mostrado más renuentes a involucrarse. Los Juegos
de Invierno de 2022 sólo tienen dos candidatos: China y Kazajistán.
Aquí está un vistazo a las posibilidades de Estados Unidos en el
proceso de postulación:
LOS PLAZOS:
Las cuatro ciudades le presentarán al USOC la parte final de sus planes
técnicos la próxima semana. Después de eso, algunas fechas clave para
estar atentos incluyen la reunión de la junta directiva del comité el
16 de diciembre, en la que las ciudades darán sus presentaciones
oficiales a la junta, y luego otro día a mediados de enero, cuando
vence el plazo que el USOC ha establecido para tomar una decisión.
El COI elegirá la sede definitiva de los Juegos en septiembre de 2017.
¿POR QUÉ UNA CIUDAD ESTADOUNIDENSE PODRÍA GANAR?
Muchos factores apuntan a que Estados Unidos será sede de los Juegos en
2024. Pero uno de los más fuertes podría ser que han pasado 18 años
desde que los Juegos Olímpicos de Verano se disputaron en territorio
estadounidense. Las últimas Olimpiadas de Invierno en el país se
llevaron a cabo hace 12 años.
El USOC ha trabajado duro para mejorar su posición entre sus colegas
internacionales, y un gran paso para lograrlo fue el alcanzar un acuerdo
en una disputa financiera sobre cuánto dinero recibe el comité de la
televisión y de los derechos de mercadeo. Al USOC no le gusta utilizar
este argumento, pero el hecho de llevar a cabo unos Juegos Olímpicos en
el país con más éxito en la historia de estas justas
Estados Unidos ha ganado la mayor cantidad de medallas en las últimas cinco
Olimpiadas de Verano no hace daño en lo más mínimo. Un ejemplo de
ello es que la cadena NBC paga 7.750 millones de dólares hasta 2032
para televisar los Juegos en Estados Unidos, un acuerdo que hace
empequeñecer lo que todas las otras cadenas internacionales pagan para
televisar estas competencias en sus países respectivos.
¿POR QUÉ PODRÍA PERDER UNA CIUDAD ESTADOUNIDENSE?
A los miembros del COI les encanta el dinero que Estados Unidos aporta
al movimiento olímpico, pero algunos también lo resienten.
En público, muchos dicen sentirse contentos de que los líderes del USOC
se han convertido más en parte de la familia en lugar de mandar
despóticamente sobre ellos.
«Creo que es el mejor momento para que Estados Unidos vuelva con una
propuesta agradable», dijo recientemente el jeque Ahmad Al-Fahad
Al-Sabah de Kuwait, miembro del COI. Pero el voto es secreto.
Chicago
(2016) y Nueva York (2012) fueron consideradas favoritas en un momento
dado. Ambas perdieron duramente, y el tema de la «arrogancia
estadounidense» salió a flote una y otra vez.
Los líderes del USOC han tratado de mejorar esa imagen participando en
más reuniones internacionales y creando mejores relaciones, tanto
mientras se disfruta un coctel en el vestíbulo de un hotel que durante
las tensas negociaciones en las salas de reuniones.
El resultado de los
votos podría ser la respuesta a qué tanto éxito obtuvieron en esos
esfuerzos de cabildeo.
CIUDADES CON PROS Y CONTRAS
Boston ofrece una gran ciudad para la práctica del deporte con unos
Juegos Olímpicos en un área no muy amplia.
Pero es pequeña y no ha
manejado grandes proyectos con mucho éxito, como un escándalo por un
paso a desnivel de mala calidad en el que se produjo un accidente muy
grave.
Los Ángeles ya los ha organizado y está lleno del glamour de
Hollywood, pero también se le conoce por ser una ciudad demasiado
grande y dispersa. San Francisco tiene un paisaje maravilloso, pero es
caro.
Washington podría ofrecer amplios conocimientos en seguridad y
gran cantidad de estadios, pero queda opacada ante otras capitales del
mundo que pudieran competir, como París y Roma.
POSIBILIDADES INESPERADAS:
Los Juegos Olímpicos nunca se han llevado a cabo en África.
Si algún
país de ese continente arma una propuesta sólida ello cambiaría el
panorama en forma drástica, de la misma forma en que el intento serio
de Río de Janeiro para 2016 ayudó a hundir a Chicago. Por ahora no se
planea nada por el estilo, pero habrá que estar atentos por si ocurre.