La subsede de Kaliningrado podría perder el derecho a organizar partidos de la Copa Mundial de fútbol del 2018 si no resuelve
esta semana una disputa en torno al sitio donde piensa construir un
nuevo estadio.
El propio ministro de Deportes de Rusia Vitaly Mutko hizo la advertencia
el lunes.
En declaraciones televisivas, Mutko dijo que las obras han sufrido
numerosas demoras y que ahora la ciudad «corre peligro» de perder la
sede.
La ciudad piensa construir un estadio nuevo con capacidad para 35.000
personas, pero todavía no se ha decidido dónde.
Las autoridades locales prefieren hacerlo en una isla. Mutko, sin
embargo, dijo que ese proyecto es demasiado costoso. «Ya no queda
tiempo» para perder, advirtió Mutko en la entrevista televisiva.
El ministro, que postula alternativas más baratas, habría dicho de
todos modos que la isla es hoy por hoy la opción más probable, de
acuerdo con la agencia noticiosa Tass.
En caso de que hubiese que sacrificar la sede de Kaliningrado en la
frontera con Polonia, no sería necesario reemplazarla. La FIFA
consideró que no son necesarios 12 estadios, como propuso Rusia, sino
que 10 alcanzarían.
Ya se eliminó una subsede, la de Krasnodar, por lo que quedaban 11. El
magnate Sergei Galitsky, no obstante, decidió construir de todos modos
un estadio para su club FC Krasnodar, que satisfaría los requisitos de
la FIFA. Las obras, por otro lado, están avanzadas.
Krasnodar tiene una larga tradición futbolística y es la única ciudad
aparte de Moscú con dos equipos en la primera división rusa.