El mediocampista alemán Christoph Kramer estaba desorientado y confundido al regresar a la cancha tras sufrir un fuerte golpe en la cabeza durante la final de la Copa Mundial de fútbol, según el árbitro del encuentro.
«Poco después de sufrir el golpe, Kramer vino y me preguntó ‘¿referi, ¿esta es la final?»’, declaró Nicola Rizzoli, según el diario Gazzetta dello Sport del jueves. «Pensé que bromeaba e hice que me repitiese la pregunta, y me dijo, ‘necesito saber si es la final realmente’. Cuando le dije que sí, me dijo, ‘gracias, era importante para mí saberlo»’.
Rizzoli comentó que le dijo al volante alemán Bastian Schweinsteiger sobre esa pequeña charla, pero Kramer siguió jugando otros 14 minutos tras su choque con el defensor argentino Ezequiel Garay. Finalmente fue reemplazado a los 31 minutos, después de desplomarse con lo que se cree fue una conmoción cerebral.
Alemania terminó ganándole 1-0 a Argentina en tiempo extra. El hecho de que Kramer haya seguido jugando a pesar de haber sufrido una posible conmoción avivó el debate en torno a la forma en que se lidia con este tipo de incidentes en el fútbol. Durante el mundial hubo otros episodios similares en los que los jugadores siguieron actuando.
Los argentinos Javier Mascherano y Pablo Zabaleta continuaron en elterreno durante la semifinal con Holanda a pesar de haber sufrido fuertes golpes en la cabeza. Y en la fase de grupos el uruguayo AlvaroPereira se negó a salir del terreno tras un pequeño desmayo. Rizzoli, por otro lado, justificó su decisión de no conceder un penal cuando el arquero alemán Manuel Neuer se llevó por delante al argentino Gonzalo Higuaín. «Me equivoqué al conceder un tiro libre para Alemania. No pasó nada», afirmó. «¿Por qué iba a cobrar penal? Neuer fue por la pelota antes que el delantero».
ROME (AP)