Nadie se la esperaba, al menos no de semejante magnitud. La derrota 7-1 de Brasil ante Alemania por las semifinales de la Copa del Mundo caló hondo en Latinoamérica, que ahora sólo tiene a Argentina como candidata a disputar la final del 13 de julio en el estadio Maracaná.
El revés en Belo Horizonte trastornó a un país que todavía no olvida la derrota 2-1 ante Uruguay en el Maracanazo de 1950. Pero también caló hondo en otros países de la región como Venezuela, cuyo presidente se solidarizó con los brasileños. «El 8 de julio será inolvidable para la historia del fútbol sudamericano. Una tragedia futbolística verdaderamente, muy dolorosa, la sufrimos junto al pueblo de Brasil», expresó el martes el mandatario venezolano Nicolás Maduro en su programa radial.
«Esas imágenes seguramente han causado un dolor y desconsuelo general en nuestra hermana Brasil».»Deseamos la mayor suerte para nuestros hermanos argentinos y toda nuestra fe, y toda nuestra fuerza para que bueno argentina saque adelante», agregó Maduro, en referencia al partido que Argentina juega el miércoles ante Holanda por el otro boleto a la final.
La presidenta brasileña Dilma Rousseff, que encabezó un gasto de dinero monumental para organizar el torneo 64 años después de aquel fatídico partido que le costó el título frente a Uruguay, envió un mensaje de aliento a la selección y a sus seguidores.
«Lo siento inmensamente por nuestros hinchas y por nuestros jugadores», escribió Rousseff en su cuenta de Twitter. «Brasil, levántate, sacúdete y vuelve a la cima». Pero no todos lamentaron el revés de Brasil. En Colombia, cuya selección perdió 2-1 ante los anfitriones en los cuartos de final, el humillante revés provocó algunos festejos.Vehículos tocaban las bocinas en las calles de Bogotá durante la goleada de Alemania.
AGENCIAS