Después de una fabulosa primera ronda en que despachó a dos ex monarcas mundiales y le empató a otro, Costa Rica se propone el domingo seguir escribiendo su epopeya en Brasil.
Y, ahora, nadie se atreve a poner en duda una nueva hazaña de la pequeña nación centroamericana.
Convertido en la gran revelación en la Copa Mundial, el equipo «tico» se mide contra Grecia en Recife en un duelo en que ambas selecciones buscan por primera vez en su historia acceder a la fase de cuartos de final. Difícilmente esta posibilidad estaba en el libreto de alguien, particularmente, en el caso de los centroamericanos.
Costa Rica llega a la Arena Pernambuco como favorita y se lo tiene bien ganado: No sólo sobrevivió al denominado «grupo de la muerte», sino que terminó como líder con sus victorias sobre Uruguay (3-1), Italia (1-0) y el empate contra Inglaterra sin goles.
Los jugadores costarricenses están que tocan el cielo con las manos, aunque quieren aparentar lo contrario y pregonan que pueden demostrar mucho más de lo que hicieron en su espléndida primera fase.
«Queremos seguir por la misma vía… por la calidad del grupo sabemos que podemos ir más allá», pregonó el zaguero costarricense Michael Umaña.
El director de selecciones nacionales Adrián Gutiérrez opina lo mismo.
«Lo que hemos logrado es ahora parte de la historia, pero todavía hay algunos capítulos que quedan y queremos un final feliz», destacó Gutiérrez. «Sabemos que este equipo tiene un techo, pero aún no lo hemos visto».
Costa Rica derrochó en primera fase un fútbol que privilegió el orden táctico, la disciplina y contundencia a la hora de la definición. Un sistema de juego 5-4-1 que funcionó a cabalidad, con esa línea defensiva que supo plantar bandera fuera del área grande, cuidar la espalda de los medios y empujar a apretar al contrario, además, integrada por dos laterales –Christian Gamboa y Junior Díaz– que se sumaron peligrosamente al ataque.
Y qué decir del ariete Joel Campbell, que le metió un gol a Uruguay, y con el que se complementan en ataque el capitán Bryan Ruiz y Cristian Bolaños, también con poder ofensivo.
La zaga costarricense sólo permitió un gol, el penal convertido por el uruguayo Edinson Cavani. El mérito es también para el arquero Keilor Navas.
¿Seguirá maniobrando el equipo dirigido por Jorge Luis Pinto de esa misma manera contra la escuadra helénica? No hay razones o argumentos para dudarlo, a menos que el estratega colombiano, un asiduo estudioso del fútbol y de los contrarios, intente algún tipo de variantes, sobre todo, porque que no era el rival que esperaban en los octavos.
Grecia fue otra historia en la fase de grupos, pues alcanzó el billete a la siguiente fase gracias a su victoria 2-1 contra Costa de Marfil con un tanto de penal en los últimos instantes del partido. Fue arrollada en su estreno por Colombia 3-0 y luego empató sin goles frente ante Japón.
Los griegos muestran un fútbol más defensivo y de contraataques, y de eso ya están enterados los costarricenses después de haber visto sus tres partidos en videos.
«Sabemos que son muy buenos en el contragolpe y que defienden casi todos en un bloque, los hemos estudiado ya», aseguró Gamboa, quien cree tener la vía para neutralizarlos. «La palabra clave es paciencia para manejar el partido y no entrar en desesperación».
«Nuestra táctica ha sido la misma en todos los juegos: mantenerse apretado en defensa para contener al adversario y atacar con peligro», dijo el técnico de los griegos Fernando Santos. «Hay una percepción equivocada de que cada equipo debe jugar como Brasil o el Barcelona, pero no se tiene la característica de jugar de esa manera. Somos Grecia».
Costa Rica también es consciente de que se está en otra coyuntura, que la fantástica primera ronda quedó atrás y que el choque del domingo no tiene otra opción que la victoria. Además, saben que los griegos están con el ánimo por los cielos y dispuestos a seguir dando sorpresas.
No muy lejano está el batacazo que dio el equipo helénico al consagrarse campeón de la Eurocopa hace diez años.
Santos, quien suele evocar ese título ante sus dirigidos, argumenta que la clave de su equipo será estar muy pendientes los 90 minutos.
«Nuestra falta de concentración ante Colombia nos costó muy cara, pero si nos concentramos somos difíciles de vencer», advirtió. «Capacidad para sacar los partidos, para irnos al ataque y hacer daño, ya lo dejamos demostrado en el último partido».
Los europeos seguramente pondrán particular atención en el joven artillero Campbell, a quien conocen muy bien porque jugó la pasada temporada con el campeón griego Olympiakos. El tico enfrentará a cuatro de sus compañeros de club en Recife, entre ellos a Andreas Samaris, autor del primer gol de la victoria sobre los marfileños.
«No creo que vaya a llamarlo (antes del partido)», expresó Samaris. «Pero si lo hiciera, le desearía la mejor de las suertes y luego le diría que su equipo va a perder».
Costa Rica ya igualó en Brasil lo logrado hace 24 años cuando disputó su primer mundial, avanzar a segunda fase. Pero su viaje esta vez a octavos no tiene paralelos por la forma y la zona en que lo logró.
Ahora está a un escalón del mayor hito alcanzado en la historia de su fútbol.
«La verdad es que estamos en un momento increíble», dijo Gamboa. «Y todos con ganas de que esto no termine aún en Brasil».
AP