Los aficionados gritaron «¡Vamos Spurs Vamos!» al unísono ante el menor vistazo de un jugador o entrenador de los Spurs de San Antonio cruzando sobre el River Walk en barcazas.
Fue un recuerdo de la temporada pasada, cuando los Spurs descendieron del avión del equipo para enfrentar esos cánticos, excepto que el tono del miércoles fue mucho mejor agradable. El desfile de la victoria por el quinto título de NBA fue para los Spurs parte celebración y parte exorcismo.»Se está asimilando, pero seguiré disfrutándolo durante todo el verano», dijo Kawhi Leonard, el jugador más valioso de la final.
«(No he dormido) mucho. He tratado de gozar el momento. Ha sido difícil dormir tranquilo. Creí que podría dormir luego de que ganamos la final, pero sigo celebrando. ‘¡Vamos Spurs Vamos! ¡San Antonio!'» Tras quedar a 25 segundos de llevarse el título la temporada pasada antes de perder la serie en siete juegos ante el Heat de Miami, los Spurs llegaron de nuevo a la final de la NBA. Sólo que esta vez, vencieron al Heat en cinco duelos para que San Antonio se coronara por primera vez desde 2007.
«Yo lloré (el año pasado). Creo que toda la ciudad también lloró», dijo Rosalinda González, aficionada de los Spurs. «Por la manera en que perdieron, fue muy malo. Hizo que la victoria de este año fuera aún mucho más dulce. (Y) en la manera en que lo hicieron.Fue increíble. Gran regreso».Ante la oportunidad de festejar un título que el año pasado se les fue de las manos, los aficionados de los Spurs soportaron un calor de 90 grados a lo largo del River Walk y afuera del Alamodome hasta por cinco
horas antes del inicio de los festejos.
Las autoridades de San Antonio calcularon que cerca de 100.000 personas acudieron al desfile en el River Walk y más de 60.000 estuvieron en el Alamodome.Y los seguidores vivieron el momento como si fuera el primer campeonato del equipo.Mientras esperaban la llegada de los Spurs al Alamodome, fue proyectada en pantallas gigantes una repetición del quinto juego de la final. Al término del encuentro, el público estalló de felicidad como si se tratara de un juego en vivo.
Incluso el gruñón entrenador de los Spurs, Gregg Popovich, disfrutó el momento plenamente, sonriendo y saludando al público mientras viajaba en la barcaza en el River Walk. «Todo se lo debemos a Pop», dijo el argentino Emanuel Ginóbili mientras su barcaza se detenía brevemente. «Nos hizo jugar a un gran nivel en el momento adecuado». El festejo incluyó a los exjugadores de los Spurs David Robinson, Avery Johnson y Malik Rose, todos ellos integrantes del equipo de San Antonio que ganó el título de NBA en 1999.
SAN ANTONIO, Texas, EE.UU. (AP)