La filosofía de juego que Pep Guardiola implementó en Manchester City quedó resumida en una secuencia durante su partido contra Celtic por la Liga de Campeones.
Acosado por dos oponentes, el portero Claudio Bravo se deshizo del balón con un pase entre ambos al mediocampista Fernandinho al borde del área. Presionado por otros dos jugadores de Celtic, el brasileño giró sobre su eje y se escapó hacia el campo contrario.
En un santiamén, Celtic quedó expuesto a otro ataque del City.
Guardiola admite que su estilo de juego, basado en la posesión del balón y pases cortos, puede resultar arriesgado, pero hasta ahora ha rendido frutos y el City ha tenido su mejor inicio de temporada con 10 victorias al hilo y 30 goles en todas las competencias. Incluso ya se hablaba de que el club podría ganar la liga por paliza.
Sin embargo, el empate del miércoles 3-3 ante Celtic sirvió como paño frío y exhibió algunas debilidades en el plantel de Guardiola. El equipo escocés presionó desde arriba, recuperó balones y fue más físico que los defensores del club inglés.
Esperar al City atrás no ha sido efectivo para los rivales del City, y Celtic parece haber dibujado el mapa para enfrentar al plantel: jugarle de tú a tú con presión arriba.
Y en ese sentido, Tottenham, su próximo oponente en la liga Premier, cumple con todas las características necesarias para plantearle un difícil reto este fin de semana. Se trata de un duelo entre el primero y el segundo, dos equipos invictos.
Tottenham sabe que Bravo es susceptible a los balones cruzados y que se arriesga con la pelota en los pies. También que los centrales John Stones y Nicolás Otamendi suelen ser vulnerables. Y que la ausencia del volante creativo Kevin De Bruyne es un golpe para el ataque del City.
Tottenham derrotó al City en sus dos enfrentamientos la temporada pasada, aunque ahora la historia es distinta.
El mayor problema del City bajo el mando del predecesor de Guardiola, Manuel Pellegrini, era la falta de recorrido de sus jugadores. Pero bajo el mando del español, el club sólo es superado por Liverpool en la categoría de «distancia recorrida», según la empresa de data deportiva Opta.
Guardiola ha podido sacar el mejor rendimiento del extremo Raheem Sterling, quien fue una decepción la temporada pasada tras ser adquirido por 76 millones de dólares, y el atacante ya suma cinco goles.
David Silva, por su parte, influye más al jugar en el centro de la cancha.
Por su parte, el delantero argentino Sergio Agüero tiene 11 goles en siete partidos, y Guardiola incluso le pide más, al señalar que tiene que mejorar cuando el City no tiene el balón.
«Quiero tener el control», resumió Guardiola este mes después que el City venció 2-1 a Manchester United.
Entonces se refería a la posesión de la pelota, pero el comentario también podría interpretarse sobre su celoso control del plantel.