Ni Real Madrid, ni Atlético de Madrid ni Barcelona lograron cosechar más que un punto el miércoles por la quinta fecha de la liga española, que siguen comandando los primeros, ahora escoltados por el Sevilla en vez del acérrimo rival azulgrana.
El Madrid no pasó del empate en su estadio, 1-1 con el sexto clasificado Villarreal, pero el Barsa tampoco logró vencer al Atlético, que arañó otra igualada por 1-1 después de que los locales perdieran por lesión al astro argentino Lionel Messi.
Ivan Rakitic avanzó al Barsa con un gol a los 41 minutos, pero, tras la retirada de Messi a los 58, el también argentino Angel Correa (61) niveló por el Atlético.
El Madrid se mantiene así primero con 13 puntos de 15 posibles, mientras que los azulgranas cuentan 10 y cedieron el segundo lugar al Sevilla, que el martes venció 1-0 al Betis y acumula 11 unidades.
El Atlético marcha cuarto con nueve puntos, los mismos que Villarreal, Athletic de Bilbao y Las Palmas, que ganaron 2-1 a Granada y perdieron 4-1 con Real Sociedad, respectivamente.
Además, el Celta de Vigo derrotó 2-1 al Sporting de Gijón.
Aunque conserva su ventaja sobre el Barsa, el Madrid vio truncada su racha de 16 partidos con victoria en la liga. La marca, que arrancó en la pasada campaña, llegó a igualar el récord de los azulgranas en 2010-11.
Villarreal mantuvo su invicto en el torneo después de adelantarse en el marcador gracias a un penal transformado por Bruno Soriano a los 45 minutos.
Los locales lograron igualar gracias a Sergio Ramos (48), quien había cometido la primera infracción, pero no consiguieron repetir la agónica victoria que celebraron hace una semana ante el Sporting de Portugal por la Liga de Campeones.
El Barsa buscó en todo momento un partido rápido, ágil y vertiginoso, más proclive a las livianas gambetas de Neymar y el cambio de ritmo de Andrés Iniesta que el martillo de Luis Suárez, encallado en el férreo marcaje del también uruguayo Diego Godín y Stefan Savic.
Siempre, claro, entorno a la magnética figura de Messi, capaz de hacer correr con un mero pestañeo, sin pisar el acelerador más de lo necesario, como si solo el rugir del motor bastara para poner en estampida tanto a compañeros como rivales.
Suyo fue el primer zambombazo desde la frontal del área, a manos de Jan Oblak, mientras el Atlético luchaba por imponer su tempo, menos continuo, dependiente de los fogonazos ofensivos de Antoine Griezmann, Kevin Gameiro y Yannick Carrasco.
Los tres se las apañaron para inquietar el arco de Marc-André ter Stegen, principalmente con latigazos de Carrasco, hasta que Neymar apareció para peinar el poste izquierdo visitante con una comba envenenada.
Paradójicamente, el gol barcelonista llegó a balón parado, al verse la zaga rojiblanca sorprendida por el tiro de esquina servido en corto y el centro de Iniesta a Rakitic, limpio cabeceador en el área chica, con Savic desubicado.
El segundo tiempo inició también con un rayo con un rápido disparo de Griezmann y réplica de Neymar, pero también con una pésima noticia para el Barsa, que vio como Messi se retiró prematuramente de la cancha ante la conmoción del estadio entero.
La ausencia del astro pesó como una losa sobre los azulgranas, que previamente habían relevado por idéntico motivo a Sergio Busquets, y el impacto fue completo con la igualada del Atlético gestada por dos suplentes, al habilitar Torres a Correa, desbordar este a su compatriota Mascherano, y alojar la pelota junto al poste derecho de Ter Stegen.
Dio un paso al frente Neymar, pero sus remates no encontraron el arco, como tampoco un testarazo de Gerard Piqué. Y también gozó de dos buenas el Atlético en otro remate aéreo del uruguayo Diego Godín, aunque dio por bueno el empate final.
Villarreal compitió sin complejos en Madrid y abrió el marcador en zapatazo de Manu Trigueros interceptado en el área con el antebrazo por Sergio Ramos ante la atenta mirada del árbitro, quien decretó penal pese a la reincidente simulación del central. No perdonó el referí ni tampoco desde los 11 metros Soriano, descarado en el toque picado, de vuelo lento a la red con el arquero Kiko Casilla vencido a la izquierda.
Enrabietado, Ramos logró nivelar nada más salir de la caseta, cuando intentó un primer remate tapado por la defensa y luego se elevó sobre el argentino Matero Musacchio para cabecear a gol un tiro de esquina.
Buscando frescura, Zinedine Zidane relevó a Gareth Bale por Lucas Vázquez y a Benzema por Álvaro Morata, quien forzó una brillante intervención de Sergio Asenjo en cabezazo picado.
Asediado, Villarreal se defendió con uñas y dientes y sobrevivió a un último zarpazo de Ramos y el empuje madridista, corto de tiempo para culminar la reacción.