20,000 almas gritaban a todo pulmón el nombre de un país. Ilusiones se iban creando conforme transcurría el reloj. El gol mortal cayó en el minuto 88, pero ya Nicaragua habia vivido el partido más importante de su historia futbolística y un momento trascendental en la pequeña historia deportiva de esta nación.
Hoy, a 365 días de aquella dolorosa, pero a la vez esperanzadora derrota de 3-2 contra Jamaica en el partido de vuelta de la 3ra ronda de las eliminatorias Concacaf rumbo a Rusia 2018, Nicaragua recuerda la gesta de aquellos guerreros que obtuvieron 5 victorias en el camino al próximo mundial de fútbol, incluyendo una drámatica e impensable victoria en Kingston ante un equipo ampliamente favorito.
Dede temprano, en aquel 8 de septiembre de 2015 se respiraba patriotismo. Todos irradiaban el azul y blanco en sus corazones. Se iba a jugar el partido más importante en la historia de nuestro fútbol. Niños, adultos, fanáticos y no tan fanáticos a esta selección se dieron cita en el coloso de concreto. Unos atraídos por el mítico resultado en el Caribe, otros movidos por el patriotismo, y algunos porque querían ser testigos de una gesta sin precedente de 11 héroes que unieron de una vez por todas a un país que ignoraba lo que nuestros futbolistas eran capaces de hacer.
No era necesario el pitido inicial para comenzar el bullicioso que se vivía en Nicaragua por ese partido. A nivel nacional varios lugares instalaron pantallas gigantes, el corre y corre por conseguir entradas de último minuto o para llegar temprano y obtener un lugar más o menos bueno. Todo esto cobijado de un optimismo de que se iba a sacar el resultado para continuar la celebración masiva del pasado 4 de septiembre cuando Nicaragua ganó de visita.
El jamaiquino Simon Dawkins, jugador del West Ham de Inglaterra acabó al minuto 88 el cúmulo de emociones que un país venía llenando desde marzo del 2015, cuando la selección nacional de Fútbol de Nicaragua enamoró con sus victorias y goles. El estadio nacional de fútbol no sabía que era albergar tanta multitud, Nicaragua era inocente ante un escenario futbolístico de primer nivel, similar al vivido en cualquier partido eliminatorio en Colombia o Argentina.
Periodistas, fanáticos, técnicos y jugadores, tras el primer gol de Jamaica en Managua, solo miraban al reloj desmoronarse segundo a segundo pero primero llegó el gol que el pitazo final.
El llanto era palpable en cada rostro, un par de definiciones falladas, lo inocente de la defensa, desperdiciar la ventaja de 3-0 en Kingston. ¿Qué fue lo que nos eliminó?
Nicaragua estaba solo a dos minutos (más el agregado) de clasificar a una cuarta ronda de eliminatorias del área, algo sin precedentes, pero la victoria para Nicaragua iba mas allá del resultado, tal vez Nicaragua tenía que sufrir este golpe para entender que el cielo es el límite y que emerger en el futbol es parte de un proceso y no de solo una eliminatoria.
Increíblemente esta derrota dejó más triunfos que el 4-3 en el marcador global. Tras esta derrota muchos jugadores nicaragüenses se ganaron el cariño de un País que no creía en ellos. Los colores azul y blanco, hasta el día de hoy, siguen llevando gente al estadio nacional en partidos amistosos. A nivel internacional Nicaragua se ganó otro tipo de respeto y por si fuera poco, los objetivos han cambiado. Ya no se juega por no perder, sino por clasificar a una copa Oro y encarar a rivales más fuertes.
Por cierto, Jamaica ya quedó fuera del mundial Rusia 2018 desde hace una semana.