Un uzbeco con un estilo mañoso y una zurda endemoniada pusieron fin el viernes a los sueños dorados del venezolano Yoel Finol, que se tuvo que conformar con una medalla de bronce en el boxeo olímpico.
Lochte se disculpa por no ser más sincero
Shakhobidin Zoirov se impuso por decisión unánime en una pelea de la categoría mosca (52 kilos), por 30-26, 29-28, 29-28.
Finol, sin embargo, rebozaba felicidad. Le dio a Venezuela su primera medalla olímpica de boxeo en 32 años, una presea que encamina la carrera de un joven humilde, con una dura historia de vida.
«Estoy supercontento. Tengo 19 años y una carrera que recién empieza», declaró el venezolano. «Esto seguro que me cambia la vida. Esperemos a ver cómo se dan las cosas».
Finol dijo que Zoirov fue un rival difícil, que «tiraba (golpes) y se escapaba».
Teniendo 13 años, Finol vivió una experiencia traumática cuando su cuñado, el ex campeón mundial Edwin Valero, a quien idolatraba y quien lo había iniciado en el boxeo, mató a la hermana del jovencito y luego se suicidó.
El pugilista dice que con el tiempo ha aprendido a perdonar al «Inca» Valero y que antes de cada pelea se encomienda a Dios, a su padre, a su hermana y al propio púgil fallecido.
«Son cosas que pasan. Solo Dios sabe por qué pasan. Ya pasaron seis años y poco a poco he podido superarlo», dijo Finol.
Zoirov sorprendió a Finol con un tremendo gancho de izquierda a poco de comenzado el combate y de allí en más dominó la pelea con un estilo complicado, huidizo por un lado pero castigando al rival con manos rápidas y un contragolpe fulminante.
Ganó los dos primeros rounds y resistió el desordenado ataque de Finol en el tercero.
«Me dolió mucho el primer round», en el que el uzbeco marcó la pauta de la pelea, admitió el técnico de la delegación venezolana de boxeo, el cubano Ismael Navarro.
«No tuvimos defensa para esa mano izquierda», agregó. «Lo habíamos analizado y sabíamos de esa izquierda, pero no pudimos contenerla».
Finol, de todos modos, se convirtió en una especia de abanderado de un programa de boxeo dirigido por el cubano Ismael Navarro que está empezando a dar resultados en Venezuela.
«Trajimos ocho peleadores cinco perdieron en fallos divididos», destacó Navarro, quien dijo sentirse «orgulloso» de Finol, «un chico de 19 años que viene de menos a más y ha ganado valiosa experiencia».
Por su parte, el viceministro de deportes de Venezuela José Terán ofreció a Finol como «modelo para la juventud venezolana» por la forma en que le está peleando a la vida.
«No hay que estar tristes sino orgullosos», expresó Terán.
Agregó que en los juegos olímpicos del 2020 en Tokio, Venezuela espera enviar boxeadores en todas las divisiones. «El problema son las categorías pesadas», indicó. «Hay que encontrar peleadores pesados».
«Seguro que sí», dijo Finol cuando se le preguntó si pensaba estar en Tokio.
Añadió que por ahora no piensa hacerse profesional y que su objetivo inmediato es volver a trabajar para corregir errores con miras al próximo ciclo olímpico.