En medio de opiniones divididas, Aroldis Chapman se incorporó este martes a los Cachorros de Chicago y aseguró que no puede recordar las expectativas que le planteó la dirigencia del club sobre su conducta fuera del terreno.
Tras una conferencia de prensa en que se presentó al cerrador cubano, el presidente de operaciones deportivas de los Cachorros, Theo Epstein, insistió en que Chapman entiende lo que espera el equipo de él. Antes de esta campaña, el lanzador fue involucrado en un caso de violencia doméstica.
El lunes, cuando los Cachorros anunciaron el canje con los Yanquis de Nueva York, emitieron un comunicado del presidente Tom Ricketts, quien dijo que el club estaba al tanto de la suspensión de 29 juegos que se le impuso a Chapman en el comienzo de la temporada, bajo la nueva política de las Grandes Ligas sobre violencia doméstica.
Ricketts dijo que él y Epstein habían charlado por teléfono con Chapman antes de completar el canje, y le dejaron claras «las altas expectativas» que tiene el club sobre sus jugadores. El presidente del equipo afirmó que Chapman había aceptado esos parámetros.
Pero antes del juego del martes contra los Medias Blancas de Chicago, se hicieron varias preguntas a Chapman sobre esa llamada. El relevista dijo que no recordaba los detalles, porque estaba durmiendo una siesta cuando el teléfono sonó.
«Ha sido un largo día», dijo. «Trato de recordar».
Minutos después, se le preguntó de nuevo si recordaba lo que le dijo Ricketts. Chapman meneó la cabeza.
«No recuerdo todavía», indicó.
Epstein atribuyó el asunto a un malentendido, y dijo que Chapman estaba «bastante nervioso» al encontrarse frente a siete cámaras y una treintena de reporteros.
«Yo estaba en la llamada, y Tom también. Aroldis participó, lo mismo que su agente Barry Praver. Esto ocurrió y fue real», aseveró Epstein.
Chapman fue acusado de sujetar por el cuello a su novia y de realizar ocho disparos dentro del garaje de una vivienda en Florida, en octubre. La mujer modificó después su versión, y no se presentaron cargos.
«Uno aprende de los errores que comete», afirmó Chapman.
El caso provocó que los Dodgers de Los ??ngeles dieran marcha atrás a un canje que habían suscrito con Cincinnati para hacerse de los servicios de Chapman. Los Rojos terminaron cediéndolo a los Yanquis. Tras su suspensión, el cubano de 28 años convirtió 20 de 21 salvamentos con Nueva York.
Durante años, los Cachorros se han jactado de tener en su nómina a jugadores de conducta intachable. Ello ha ayudado a que la gente los etiquete como los «adorables perdedores» por décadas, desde que ganaron su último título de la Serie Mundial en 1908.
Pero Chicago (59-39) ha reforzado su plantel bajo las órdenes de Epstein, y llegó al duelo del martes con el mejor récord de las mayores. Chapman, quien lanzó una recta de 105 millas por hora la semana pasada, cubre quizás el mayor hueco en el equipo, reemplazando como taponero al venezolano Héctor Rondón.
Los Cachorros enviaron a cuatro peloteros a los Yanquis, incluido el promisorio campocorto Gleyber Torres, para hacerse de uno de los mejores relevistas de las Grandes Ligas. Epstein aseguró que no habrían pactado el canje si no hubiera sido por la llamada telefónica con Chapman.
«Tom planteó exactamente los mismos estándares que comunica a todos en los entrenamientos de primavera», dijo Epstein. «Lo dijo extremadamente claro: ‘Mira, Aroldis, les digo esto a todos nuestros jugadores en la pretemporada y es importante que lo oigas, y yo necesito escuchar esto de ti. Esperamos que nuestros jugadores se comporten bien. Sometemos a nuestros peloteros a muy altos estándares de conducta extradeportiva, y necesitamos saber que puedes cumplir esos estándares».
«Aroldis dijo: ‘lo entiendo, desde luego que puedo'».
Los Cachorros colocaron a Chapman en activo antes del juego del martes y dieron de baja al zurdo Clayton Richard.
Aunque varios fanáticos se manifestaron a favor del fichaje en distintos programas de radio, el diario Chicago Tribune publicó en su primera plana una columna en la que criticaba la operación.
Chapman dijo que esperaba una «reacción buena» de los seguidores de Chicago. Durante la conversación de 20 minutos con la prensa en la cueva de los visitantes en el US Cellular Field, se le preguntó también si contemplaría la posibilidad de trabajar con organizaciones que buscan prevenir la violencia doméstica. El cubano dijo que no.
Pero el manager Joe Maddon defendió a su pelotero.
«Él cumplió ya una suspensión, ha hablado sobre esto y ha mostrado arrepentimiento», indicó. «Todos los demás tienen derecho a juzgarlo como una buena o mala persona. Es su derecho. Quiero conocer a Aroldis. Pienso que puede ser un miembro muy importante del equipo y sí, tiene el potencial de sacar el último out de la Serie Mundial. Y si lo hace, les prometo que lo abrazaré».