Terence Crawford (28-0 con 20 KO), campeón súper ligero de la OMB y el ucraniano Viktor Postol (28-0 con 12 KO), monarca del CMB, se enfrentan este sábado en el MGM Grand de Las Vegas, Nevada, en una batalla unificatoria que en lo previo es sumamente atractiva. El combate además de definir a la figura estelar de la categoría, llevaría al vencedor hacia el próximo nivel de su carrera.
El nacido en Omaha parte como el gran favorito ante un oponente con mejor altura y extensión de brazos, aspecto que establecerá, seguramente, el primer escenario del combate. Postol supera Crawford por tres pulgadas, tanto en la distancia como en la estatura. Precisamente la mayor virtud del campeón del CMB pasa por el buen uso que suele darle a esas diferencias físicas en cada una de sus peleas. Postol utiliza con mucha inteligencia el jab y tiene buenas actitudes técnicas para trabajar sus mejores golpes desde los laterales.
Ese factor no dudo que le permitirá transitar con cierta tranquilidad los primeros tres o cuatro asaltos, marcando el ritmo, llegándole a Crawford con algunos golpes largos y manejando el control del tiempo de pelea. El problema es que Postol nunca ha enfrentado a un rival del nivel de Crawford y es un misterio saber si cuenta con el balance adecuado para sostener su estrategia durante toda la pelea sin cometer errores.
Al campeón de la OMB, por su parte, le sobra paciencia para poner en práctica su plan de pelea, usualmente en tres etapas. Suele estudiar a su rival primero, hace los ajustes necesarios y luego aumenta la presión hasta que lo domina totalmente. Ese es su estilo y no creo que lo modifique para derrotar a Postol. Terence Crawford tiene velocidad, potencia y un excelente manejo técnico, es decir conoce muy bien sus capacidades, entiende la forma apropiada de aprovecharlas y lo hace en el momento correcto. Seguramente se moverá cauteloso al comienzo, respetando el poder de la mano derecha de su oponente y en ese tramo no dudo que lo confunda temprano con su cambio de postura. Una de las mejores herramientas de Crawford, precisamente, es la forma en la que cambia su guardia de derecho a zurdo o viceversa.
Ese factor le complicará el plan ofensivo a Postol y la velocidad hará el resto. Mantengo mi estimación inicial de que el ucraniano lo podrá contener en los primeros tres o cuatro asaltos. Tras ese límite, Crawford entenderá el plan del rival y la forma adecuada de romper el cerco establecido por su mejor distancia. Con presión y velocidad, Crawford podrá llegar a colocar sus combinaciones en la corta distancia. Al mismo tiempo, cuando recurra a la postura de zurdo inutilizará el recorrido de la derecha de Postol. Controlado ese peligro, podrá ensayar sus mejores golpes en secuencia y su poderoso gancho de derecha buscando lastimar al ucraniano.
Las posibilidades de Viktor Postol pasan por el trabajo ofensivo que consiga desplegar en el primer tramo de pelea. Deberá colocar buenos golpes de poder en la humanidad de Crawford. Si consigue conmover al estadounidense, ganará respeto, le mostrará su poder y le obligará a replantear su estrategia, arriesgando menos. Ese factor le bajaría revoluciones y haría más lenta la pelea, algo que favorece precisamente a Postol.
De todas maneras, hay algunas incógnitas sobre el posible desempeño de Postol que recién en la noche de este sábado se podrán conocer. El ucraniano tiene un buen pasado amateur y su carrera profesional de la mano de Freddie Roach ha venido en constante ascenso. Su impresionante victoria sobre Lucas Matthysse en octubre del año anterior, cuando se adueñó del cinturón vacante de las 140 libras, no fue obra de la casualidad. Se sabe que Roach ha seguido trabajando en mejorar las virtudes de Postol, especialmente en el poder de sus golpes y el manejo de sus ventajas físicas. Es posible que alguna de esas mejoras haga la diferencia contra Crawford. Con Roach en la esquina, se pueden esperar sorpresas siempre.
Crawford ha estado con las apuestas a su favor hasta en un 5-1, es el favorito de todos y no es exagerado vaticinar su victoria por la vía rápida. La rapidez, el volumen de golpeo, el poder en la pegada y la inteligencia que ha demostrado hasta el presente ante mejores rivales que Postol, deberían permitirle terminar con la mano en alto. Para ello, no obstante, deberá Crawford trabajar con cautela y mucho respeto por la pegada del ucraniano. Seguramente lo boxeará en los primeros asaltos dividiendo el centro del ring, utilizará el jab de contención y cambiará de postura más de una vez analizando la contra estrategia de su rival. En esencia, buscará conocer los tiempos de acción ofensiva y defensiva de su oponente. Recoger esos datos, como si fuera un programa informático, le permitirá realizar los ajustes necesarios antes de ir por todo.
Si no hay sorpresas, Crawford debería iniciar su labor destructiva sobre el quinto asalto para liquidar el pleito no más allá del décimo round. Tampoco olvidemos la importancia que para el hombre de Omaha tiene esta batalla y el incentivo que eso significa, ya que una victoria no solo le convertirá en la mayor figura de las 140 libras. También le abrirá la puerta hacia las 147 libras donde se espera que debute en el 2017.
Como la gran figura emergente del boxeo actual, Terence Crawford solo encontrará la consagración en la división welter. Pero claro, antes deberá vencer al peligroso Viktor Postol que ya sorprendió venciendo a Selcuk Aydin en 2014 y luego dejó al mundo de boca abierta cuando noqueó al argentino Lucas Matthysse. ¿Será Crawford la tercera sorpresa? Amanecerá y veremos.