Yulieski Gurriel no estaría listo para consumir un turno de bateo con los Astros de Houston en la Gran Carpa posiblemente hasta el mes de agosto, pero sus futuros compañeros de equipo apenas pueden esperar por el momento de que el veterano cubano comience a aportar su granito de arena al éxito de la novena texana.
Firmado el 16 de julio a un pacto por cinco temporadas y unos $47.5 millones de dólares, Gurriel era conceptuado como una de las figuras más impactantes entre los disponibles en el mercado beisbolero internacional.
De 32 años de edad, Gurriel trae a la meca de la pelota un promedio global de .335, con 250 jonrones y 1,018 carreras impulsadas en su tremenda trayectoria en la Perla de las Antillas. Su amplia incursión a nivel internacional incluye participaciones en los Juegos Olímpicos y el Clásico Mundial.
Entre sus sobresalientes logros figura el extraoficial de haber sido el primer pelotero con 200 jonrones con bate de madera en la tan exigente Serie Nacional cubana.
«Conseguir un pelotero de este calibre y del status que él tiene es una firma buena para los Astros, porque ya es un profesional que viene listo para jugar a este nivel», manifestó el jardinero central dominicano Carlos Gómez. «Le da más profundidad a una organización que está despertando a ser una de las mejores.
«No ha hecho nada todavía en las Grandes Ligas, pero el nivel al que ha estado jugando en Cuba y en Japón es básicamente casi lo mismo», analizó el veloz guardabosque de la tierra del merengue. «Ya se ha visto que peloteros cubanos que han venido directamente a las Ligas Mayores han hecho tremendo trabajo. Va a ser positivo y va a impactar mucho a este line-up».
Tanto el segunda base de los Astros, el venezolano José Altuve, como el paracorto de la novena, el boricua Carlos Correa, coinciden con el punto de vista de Gómez en torno a la importancia de sumar a Gurriel a una novena que ya va embalada a otra posible incursión en la postemporada.
«He notado en videos que es un pelotero agresivo, que tiene bastante experiencia», calificó Altuve, líder de bateo del Joven Circuito. «Creo que va a ayudar bastante al equipo. Necesitamos peloteros con experiencia que sepan llevar las cosas y creo que él es el indicado».
«Sé que es buen pelotero, es una buena adquisición», proclamó Correa, Novato del Año de la Liga Americana en el 2015. «Espero que cuando venga aquí aporte en gran manera y nos ayude a seguir ganando».
Con la adición de Gurriel, que puede defender varias posiciones del cuadro y los jardines, los Astros pudieran contar con un cuadro totalmente latinoamericano, confeccionado por elementos que en cualquier momento sean capaces de definir un encuentro con el madero.
Imaginemos a Gurriel en tercera, Correa en el campo corto, Altuve en la intermedia y los venezolanos Luis Valbuena o Marwin González en la primera base. Ese grupo se vislumbra como un cartucho ambulante de dinamita difícil de contener para los serpentineros de los equipos rivales.
A lo mejor la llegada de Gurriel les cuesta parte de su tiempo de juego a varios peloteros, como ocurre cada vez que una novena se refuerza sin cambiar piezas de su propio arsenal, pero tal es la química entre los Astros que eso es lo que menos le preocupa a sus integrantes.
«No lo conozco personalmente, pero he escuchado que fue tremendo pelotero en Cuba y en las competencias mundiales», declaró Valbuena, cuya versatilidad pudiera amortiguar su posible pérdida de tiempo de juego como titular de la tercera base.
Por supuesto, si los latinoamericanos de los Astros están contentos por la firma de uno de los integrantes más prominentes de una de las familias beisboleras más distinguidas de la Perla de las Antillas, el dirigente de la novena, A.J. Hinch, se siente como muchacho nuevo por el futuro arribo de la nueva pieza del arsenal de Naranja y Azul.
«Su experiencia, adquirida por jugar en Cuba y Japón por bastante tiempo, supera a la de la mayoría de los que llegan a las Grandes Ligas por primera vez», comparó Hinch. «Su aclimatación a las mayores pudiera ser más rápida que la de un novato o alguien que ascienda por primera vez.
«Dado el hecho de las características del núcleo de nuestra novena y con los latinos que tenemos aquí, estoy seguro de que se va a adaptar bien y que el equipo se va a acoplar bien a él también», compartió Hinch.
Originalmente, los Astros calculaban que Gurriel necesitaría de 50 a 60 turnos a otros niveles para que el experimentado pelotero pueda subir de manera productiva a la Gran Carpa, no por falta de capacidad sino porque para el momento de firmar tenía bastante tiempo sin ver acción consistente.
«Todo depende del pelotero», enfatizó Altuve. «Quizás necesite 10 días o dos semanas para estar listo. Mientras más pronto posible que esté aquí, mejor».