Antes de analizar la final de Wimbledon entre Serena Williams y Angelique Kerber, vale la pena remontarse al partido de la estadounidense por la segunda ronda la semana pasada.
Después de perder el primer set ante Christina McHale en un desempate, Williams se desplomó en su silla al costado de la cancha y azotó su raqueta contra el césped, antes de tirarla tan lejos que cayó en la falda de un camarógrafo.
Ese exabrupto le costó una multa de 10.000 dólares, Pero, más importante aún, Williams ha ganado los 10 sets desde entonces.
«A veces cuando libero esa energía, me tranquilizo», dijo la seis veces campeona de Wimbledon. «Y a veces siento que tengo que desahogarme».
Quizás hay algo de cierto en la teoría de algunos de que Williams ha tenido tantas dificultades para ganar su 22da corona de Grand Slam porque está muy obsesionada con igualar la marca de Steffi Graf para la era de los abiertos.
Basta con escuchar a Williams describirse a sí misma antes de la final del sábado.
«Me siento bien. En otros torneos también me sentí fabulosa. Pero me siento un poco distinta», señaló. «Estoy más relajada y quizás más tranquila que en el pasado».
Unos cuantos minutos después, le pidieron que explicara a qué se refería.
«Bueno, ya saben, a veces cuando estás empeñada, cuando quieres algo demasiado, eso te puede afectar un poquito», explicó. «Ahora estoy un poco más calmada».
De todas formas, la número uno del mundo insistió que su persecución de Graf no la ha afectado.
«Mi meta nunca han sido los 22», expresó luego de arrollar 6-2, 6-0 a Elena Vesnina el jueves en las semifinales. «Ya ni hablo sobre eso».
Desde que ganó Wimbledon el año pasado para sumar su cuarto título de Grand Slam consecutivo, y 21ro de su carrera, Williams quedó estancada.
Perdió ante Roberta Vinci en las semifinales del US Open, frente a Kerber en la final del Abierto de Australia, y contra Garbiñe Muguruza en la final del Abierto de Francia.
En ese duelo en las canchas duras de Melbourne en enero, Kerber consiguió su primer título de un major. La alemana de 28 años considera a Graf como su ídolo, y ha recibido consejos de la leyenda germana.
Kerber eliminó a la hermana mayor de Serena, Venus, en las semifinales en el All England Club.
Al analizar el desempeño de Kerber en aquella final en el Abierto de Australia, Williams dijo que «ella salió pegando con todo, lista para ganar. No tuvo miedo. Es algo que aprendí. Cuando salgo a una final, también debo hacerlo sin miedo, com o ella».
Esta será la primera vez en una década que dos mujeres se enfrentan en un par de finales de Gran Slam en la misma temporada. Amelie Mauresmo derrotó a Justine Henin para conquistar los títulos de Australia y Wimbledon en 2006.
¿Podrá Kerber repetir la dosis ante Williams?
«Trataré de hacer lo mismo que en Australia», dijo. «Trataré de demostrarle que ‘vine a ganar el partido’. Sé que tengo que desempeñarme a mi mejor nivel para ganarle en la final».