Cristiano Ronaldo y Antoine Griezmann, otra vez frente afrente en una final. Fernando Santos y Didier Deschamps, un duelo de técnicos que priorizan el trabajo en grupo sobre las individualidades.
Así es que se presenta la final de la Eurocopa el domingo, cuando Portugal salga en busca de su primer título ante un equipo anfitrión que ansía coronarse frente a su público en un estadio que hace siete meses fue uno de los blancos de una oleada de atentados terroristas en París que dejaron 130 muertos.
Se trata de una final simbólica de la austeridad futbolística de esta Euro 2016: dos selecciones que han avanzado a los trompicones, capitalizando las torpezas del rival y derrochando coraje ante situaciones al límite.
El gustar es un concepto que quedó guardado en el armario, mientras que la táctica predomina bajo la necesidad imperiosa de ganar.
Los protagonistas no tienen ningún tipo de sutilezas cuando defienden lo que se ha visto en las canchas francesas.
«Las críticas son cosa habitual en el fútbol. Nosotros no le damos importancia», afirmó el viernes el volante portugués Joao Mario. «No queremos ganar como una revancha ante las críticas, sino para darle una alegría a los portugueses. Eso es lo que cuenta».
Joao Mario básicamente recitó el pensamiento de Santos, el timonel que tomó las riendas luego que su antecesor Paulo Bento renunciara como secuela de una derrota ante Albania en el arranque de las eliminatorias a la Euro.
«Creemos en el espíritu de equipo, en la unidad del grupo. Y el técnico siempre fue el primero en creer en ello», indicó Joao Mario.
Si bien portugueses y franceses recalcan tanto en la solidaridad, ambos son liderados por goleadores de fuste que se midieron hace mes y medio en Milán por el título de la Liga de Campeones.
El Real Madrid de Cristiano derrotó por penales al Atlético de Madrid tras un empate 1-1 en los 90 minutos reglamentarios y los 30 de prolongación. Aún está fresca la memoria de Griezmann por un penal que marró al inicio del segundo tiempo, y la de Cristiano encargándose de meter el quinto y definitivo para entonces mostrar su torso.
Pero Griezmann se ha desatado en casa: lleva seis goles para liderar la tabla de cañoneros, tres por encima de sus escoltas Cristiano, Gareth Bale y sus compatriotas Olivier Giroud y Dimitri Payet.
Más importante es que ha anotado en cada uno de los partidos de la fase de eliminación directa, incluyendo un doblete para superar 2-0 a Alemania en las semifinales, en la que fue la primera victoria de Les Bleus en una competición oficial ante los germanos desde 1958. El primero de esos goles ante los campeones mundiales fue de penal, pasándole la página a su fallo en la final de Champions.
«Estamos extasiados con la experiencia, la vivimos como unos niños», declaró Griezmann. «Tenemos a todo un país apoyándonos, así que lo estamos dejándolo todo».
Pensar que Deschamps había sentado a Griezmann en el segundo partido como mensaje de que se espabilara con el ordenamiento táctico. Surtió efecto, ya que el ariete de 25 años empezó su racha goleadora para resolver en la agonía ese duelo ante Albania.
«Es un jugador sumamente importante, como lo fue con el Atlético a lo largo de la temporada», resaltó Deschamps. «En la Euro, ha anotado goles, ha asistido a sus compañeros y ha hecho que todos alrededor suyo eleven su nivel de juego».
Cristiano hizo un gol y gestó otro para que Portugal derrotase con un idéntico 2-0 a Gales. Esa fue la primera victoria portuguesa conseguida al cabo de los 90 minutos, luego sortear la primera ronda con tres empates.
Salvo algunos pasajes, el rendimiento de Cristiano en el torneo no ha estado de acorde a lo que se espera de un tres veces ganador del Balón de Oro. Pero quien dice que en la final destape toda su clase.
Su objetivo es conquistar el esquivo título internacional que le falta en sus pergaminos. Tuvo que esperar 12 años para tener una nueva oportunidad desde aquella derrota 1-0 que Portugal como local sufrió ante Grecia en la final de la Euro 2004
Un gol más le dejará con 10 y como el máximo anotador en la historia del certamen, por encima del francés Michel Platini.
Mientras que Portugal busca por su primera corona, Francia cuenta con un historial favorable en finales, sobre todo cuando le ha tocado ser anfitriona. Fue así que ganó su primera Euro en 1984 y también su primera Copa del Mundo en 1998. La única vez que se consagraron fuera de casa fue en la Euro 2000 y la solitaria derrota en una final fue ante Italia en el Mundial 2006, la del cabezazo de Zinedine Zidane a Marco Materazzi.
En cuanto al duelo directo, Francia domina desigualmente, triunfante en sus últimos 10 partidos contra Portugal. El último triunfo luso ante los locales fue en 1975.
Santos cruza los dedos para recuperar al fundamental defensor Pepe, quien no jugó ante Gales por una lesión en el muslo. Pepe se entrenó diferenciado el viernes.
Deschamps deberá meditar si hace un cambio en el mediocampo, con N’Golo Kante en el once titular por Moussa Sissoko. Francia fue desbordada en su semifinal por Alemania, imponiéndose al convertir un penal tras una mano de Bastian Schweinsteiger y luego tras una par de malos despejes dentro del área.
También podría terciar el que Portugal tenga un día adicional de descanso, pues jugó el miércoles.
«Fui futbolista y sé que no es lo mismo tres que cuatro días de recuperación», dijo Deschamps, un volante de recuperación que se consagró campeón con el seleccionado en 1998 y 2000. «Pero así era el calendario y se conocía. Nosotros tuvimos siete días entre partido y partido y con eso es suficiente».