La sorpresiva remontada de Cleveland Cavaliers contó con dos factores fundamentales: LeBron James con su poderío y un Kyrie Irving mejorado. Sin embargo, hubo un trabajo en la sombra que salió a la luz en varias ocasiones durante el Juego 6.
Tristan Thompson se puso el casco, los protectores y salió a la obra para ayudar a construir la causa de los Cavs. No hay glamour en su faena, sí mucho barro, más sudor y alguna lágrima de alegría después de que su trabajo se viera recompensado con un Juego 7 en el que su equipo optará al primer campeonato de la NBA de la historia de la franquicia y el único que conseguiría Cleveland en 52 años.
LeBron enfocado en ganar el título, no el MVP
Elegido en la cuarta posición del draft de 2011, el pívot vivió la transición del plantel con el retorno de James y la llegada de Kevin Love el año pasado. Perdió minutos de juego aunque ya lleva dos Finales consecutivas. Combina su posición natural con Timofey Mozgov, cuya presencia en los playoffs está siendo casi testimonial. Su extensión por cinco años y 82 millones de dólares en octubre de 2015 fueron el premio a su constancia. Como pieza importante del nuevo sistema de Tyronn Lue, Thompson es la presencia necesaria en la pintura, el paciente secundario de un LeBron garante de una obvia libertad de acción, y un Love tan grande como necesario a la hora de abrir el juego que en estas Finales no está siendo tan primordial como hubieran querido los Cavs. Eso está ayudando al brillo de Thompson.
El canadiense está jugando mejor en esta serie de lo que lo hizo en las anteriores. Suma cuatro doble-dobles (los únicos que ha logrado en esta postemporada) y el Juego 6 le catapultó para erigirse como el tercer jugador más importante de los suyos (15 puntos y 16 rebotes) después de James e Irving. Las claves de su éxito: las pantallas que ayudan a abrir el juego, su solidez a la hora de agarrar rebotes aprovechando la ausencia de Andrew Bogut por lesión y la baja productividad de Festus Ezeli, su capacidad para provocar dolores de cabeza a los Warriors en ataque gracias a sus buenas elecciones y manera de colocarse en los lugares más oportunos en el momento adecuado y su buena disposición para los pick-and-roll con LeBron, especialmente letales en el sexto partido. No hubo carencia en la espectacularidad después de que el pívot culminara tres alley-oops que salieron de las manos de LeBron.
Mucho ojo deberán poner los Warriors a Thompson durante el juego definitorio, porque está encendido y demostrando en estas Finales que su nivel está muy por encima de lo esperado.