Warriors y Cavaliers con el título en la línea

Stephen Curry sabe que la temporada histórica de 73 triunfos, los premios y momentos memorables que marcaron la campaña de Golden State serán solo una anécdota si los Warriors no pueden reencontrar rápidamente su nivel.

Los triples dejaron de caer, la actitud ganadora se esfumó y la defensa no tiene respuestas para LeBron James. Luego de dos derrotas que obligaron a un decisivo séptimo juego en la Final de la NBA ante los Cavaliers de Cleveland la noche del domingo, los Warriors están a un partido ya sea de coronar la temporada más exitosa en la historia de la NBA o de culminar el mayor colapso en una serie por el campeonato.

«No se ve la clase de ritmo y fluidez, la energía con la que jugamos del lado ofensivo», admitió Curry el sábado. «Obviamente, perdimos los juegos cinco y seis, no porque falláramos tiros abiertos, sino también porque tuvimos colapsos defensivos. Se pueden observar y analizar los dos lados. Pero al final del día, no sé porque no hemos sido nosotros mismos… Lo único que importa es que tenemos un juego más para averiguarlo».

Los Warriors no pudieron hacerlo el lunes pasado en el juego cinco en casa, cuando el versátil alero, Draymond Green fue suspendido. Una segunda oportunidad el jueves en Cleveland también terminó con un revés ante la ausencia del pívot Andrew Bogut, quien se lesionó la rodilla en el segundo juego, y con el astro defensivo, Andre Iguodala sufriendo de molestias en la espalda que limitaron su efectividad. Iguodala planea jugar el séptimo partido.

La frustración se hizo presente con la expulsión de Curry por lanzarle su protector bucal a un aficionado luego de acumular su sexta falta y la multa de 25.000 dólares al coach Steve Kerr por criticar a los árbitros. Incluso la esposa de Curry, Ayesha, se involucró vía Twitter al acusar a la NBA de amañar la Final, lo que provocó que Curry declarara: «Tal vez tenga que cortar el servicio de internet en mi casa».

Pero no será asunto de broma si los Warriors se convierten en el primer equipo en perder la Final de la NBA luego de tomar una ventaja de 3-1, que es uno de los hechos históricos que los Warriors buscan evitar en una campaña llena de récords.

«Es decepcionante pasar de 3-1 a 3-3», dijo Kerr. «Pero tenemos un par de días. Pensamos en donde estamos y me gusta donde estamos. Me gustan nuestras posibilidades. Estamos en casa con la oportunidad de ganar el campeonato. No se puede pedir mucho más».

Pero los Cavaliers llegan al juego con James. El jugador conocido como El Rey desde que era una súper estrella en la secundaria de Akron, Ohio, y quien prácticamente ha colocado a los Cavaliers en el umbral de su primer campeonato, que sería el primer título para la ciudad desde que los Browns obtuvieron el cetro de la NFL en 1964.

James prácticamente ha colocado sin ayuda a los Cavaliers en la víspera del título con actuaciones consecutivas de 41 puntos para evitar la eliminación y forzar el séptimo juego. Tiene 24 rebotes, 18 asistencias, siete triples, seis bloqueos y solo tres pérdidas en los últimos dos juegos y lidera la serie en puntos, rebotes, asistencias, bloqueos y robos.

«Empiezo a aprender de mis errores y ver más película, ver las maneras en las que me están defendiendo, como defienden al equipo, busco la forma de ser más eficiente», dijo James. «He mejorado conforme la serie avanza».

Una de las facetas que caracterizó la temporada histórica de los Warriors fue su certeza a larga distancia, al conseguir una marca de 1.077 triples, pero en los últimos dos juegos de la serie, Golden State apenas tiene el 36% detrás del arco.

Harrison Barnes ha fallado 10 de 13 intentos de triple en esos dos partidos y está de 22-2 en tiros de campo, mientras que Curry y Klay Thompson han estado inconsistentes a larga distancia.

Curry sabe que eso debe cambiar el domingo si es que los Warriors quieren defender su título.

«Necesito jugar mi mejor partido del año o de mi carrera debido a todo lo que está en juego», dijo Curry. «Eso no significa que anote 50 puntos. Eso significa controlar el ritmo del partido. Ser agresivo cuando tenga que serlo y presionar la situación, pero hacerlo bajo presión».