De la mano de sus astros Stephen Curry y Klay Thompson, los campeones defensores Golden State Warriors saldrán este lunes en busca del tiro de gracia a los Cleveland Cavaliers para adjudicarse su segundo título consecutivo de la NBA.
Con la serie prácticamente en el bolsillo 3-1 a su favor, el conjunto californiano regresa a sus predios de Oakland con el instinto de un boxeador cuando ve que su oponente está en mal estado: perseguirlo sin tregua hasta lanzarle el golpe fatal y definitivo.
Golden State supo aprovechar muy bien su condición de local y le propinó a Cleveland las dos primeras derrotas en casa para poner a los Cavaliers en una posición incómoda en la serie al mejor de siete encuentros.
Luego, en la primera salida en Cleveland, Kyrie Irving y LeBron James se encargaron de decirle a su público que tenían fuerza suficiente para dar la pelea contra el mejor equipo de la temporada regular, que impuso récord de 73 victorias y apenas nueve derrotas.
Luego de empezar el cuarto partido con mucha energía, fueron perdiendo combustible y finalmente cedieron 108-97 y quedaron contra la pared al darle la oportunidad al conjunto californiano de quedar a una victoria de revalidar el título conquistado el año pasado en la próxima salida.
Los astros Curry y Thompson unieron fuerzas y con 38 puntos el primero y 25 el segundo, desbarataron la ofensiva de los Cavaliers, sobre todo en el último cuarto.
Ahora, Cleveland lo sabe, ningún equipo en 32 finales de la NBA ha podido dar vuelta a una serie que iba perdiendo 3-1.
Los Cavaliers mordieron la derrota pese a contar con excelentes actuaciones de sus astros Irving y LeBron, con 34 y 25 tantos, respectivamente, mientras que el segundo estuvo a punto de un triple-doble por segundo partido al hilo, pues agregó también 13 rebotes y nueve asistencias.
Cleveland sufrió así su primera derrota en casa y ahora tiene registro de 8-1 en estos playoffs, pero Golden State también juega muy bien en casa.
Con la victoria del viernes, los Warriors dejaron también una nueva marca, pues con la suma de 73 triunfos en la temporada regular y ahora de los playoffs tienen 88, una más que la que establecieron los Chicago Bulls de Michael Jordan en la campaña de 1995-1996.
Con una desventaja de 1-3, Cleveland tiene la última oportunidad para remontar y luego cortar una sequía de 52 años sin títulos en ningún deporte profesional.
Ahora será LeBron quien tendrá que replantearse una estrategia que le permita evitar, al menos el lunes, que los Warriors levanten otra vez el trofeo.