Oscar Tabárez entró al salón rodando en un carrito motorizado, con un bastón de tres patas enganchado al costado para ayudarse a trepar al podio. Canoso y con semblante agotado, el técnico de la selección de Uruguay lucía cada uno de sus 69 años en las arrugas de un rostro endurecido por décadas de fútbol.
Crítico del desempeño de sus jugadores, siempre a la defensiva y con una cuota de esa paranoia que lo caracteriza al recibir preguntas incómodas, el timonel trataba de explicar la derrota 1-0 el jueves ante Venezuela que eliminó a los 15 veces campeones de América de la Copa América Centenario. Y por más vueltas que le daba, no hallaba la respuesta.
«Por ahí digo que estoy sorprendido», soltó, con su típica boca torcida, el hombre que dirige a la «Celeste» desde hace una década. «Conozco muy bien a estos futbolistas, les sigo teniendo una enorme confianza, pero hoy en su mayoría no estuvieron en un buen partido».
Tabárez tiene razón. Aparte de algunos coletazos en el segundo tiempo, cuando la suerte parecía echada, Uruguay hizo poco y nada en un partido de vida o muerte ante un oponente al que supera por años luz en historia y tradición, y que nunca le había ganado en una Copa América.
Esta fue la primera vez desde 1997 que Uruguay no supera la primera fase del torneo.
Luis Suárez se perdió su segundo partido del torneo por el desgarro que sufrió en la final de la Copa del Rey con el Barcelona, pero Tabárez no utilizó eso como excusa. Todos sabían de antemano que el goleador histórico de Uruguay no estaría disponible al menos hasta los cuartos de final, si es que alcanzaban esa etapa. Edinson Cavani, el otro referente de ataque de los charrúas, no estuvo a la altura de la situación y falló algunas situaciones claras de gol, incluyendo un mano a mano con el portero venezolano a los 90 minutos que hubiese rescatado un empate.
En realidad la eliminación de Uruguay empezó a gestarse desde su revés 3-1 ante México en su debut, otro partido en el que, aparte de ciertos tramos, los sudamericanos se vieron superados por su rival.
«Habrá que evaluar», señaló Tabárez. «Esto es preocupante en ese sentido, pero por otra parte, es bueno que haya llegado este llamado de atención antes de la eliminatoria».
Uruguay sigue encabezando la eliminatoria sudamericana de la Copa del Mundo de 2018 con 13 puntos en seis fechas, aunque le pisan los talones Ecuador, con las mismas unidades pero peor diferencia de goles, y Argentina (11), Chile (10) y Colombia (10).
Suárez debe estar recuperado para cuando se reanuden las eliminatorias en septiembre. El primer rival será la Argentina de Lionel Messi, que intentará arrebatarle el primer puesto en otra edición del clásico del río La Plata.
Tabárez insistió en que no arriesgaría a su máxima estrella en la Centenario, a pesar que, durante el partido contra Venezuela, las cámaras de televisión captaron a Suárez calentando al costado de la cancha, como si tuviese intenciones de entrar al encuentro. Los dos veces campeones mundiales se despiden el torneo con un compromiso de trámite el lunes ante el también eliminado Jamaica en Santa Clara, California.
Suárez no estaba inscrito en la nómina uruguaya ante la «Vinotinto», por lo que sorprendió su gesto y, sobre todo, su enojo cuando un asistente de Tabárez lo mandó a sentarse.
«Capaz que quería moverse un poquito», ironizó Tabárez cuando se le cuestionó por el gesto de Suárez. «El jugador no está para jugar todavía, no da la garantía, pero es un asunto de médico, pero por más que el jugador se enoje, no voy a poner a un jugador que no está al 100 por ciento de condiciones».