Resulta que Stephen Curry aun no es infalible dentro de una cancha de baloncesto.
Su selección unánime como Jugador Más Valioso, su récord de triples, el título de máximo anotador, todos esos logros mientras llevó a los Warriors de Golden State a imponer una marca de la NBA con 73 victorias de campaña regular pudieron dar la impresión de que Curry estaba dentro de un videojuego.
Y entonces, llegó la Final de la NBA.
El MVP ha batallado, y lo que alguna vez pareció como una certeza de que Golden State repetiría su título, ya no es tan seguro. Curry ha sido limitado a 16 puntos por juego en los tres primeros partidos de la serie ante Cleveland, que se reanudará el viernes con el cuarto encuentro en la arena de los Cavaliers.
«Definitivamente podemos ayudar a Steph y lo haremos», afirmó el jueves el entrenador de los Warriors, Stephen Curry. «Podemos colocarlo en una mejor posición. El personal de coaches debe encontrar las mejores alineaciones y los mejores panoramas. Los jugadores deben ejecutar. Depende de nosotros ser mejores».
Curry promedió 30 puntos por encuentro en la temporada regular, pero en las finales todo ha cambiado: En el primer juego falló disparos que encesta con regularidad, en el segundo partido se metió en problemas de faltas y en el tercer duelo sufrió de nuevo con la acumulación de faltas y la agresiva defensa de Cleveland.
Golden State aún lidera la serie 2-1, así que no es precisamente una situación extrema la que enfrentan los Warriors. Pero si Golden State ha de repetir, es posible que Curry necesite acercarse al nivel acostumbrado, y pronto.
«Anoche fue toda una lucha», admitió Curry. «Otra vez el problema de faltas y lidiar con ello, pero tampoco fui tan agresivo como necesitaba serlo. No sé la razón de ello, pero no será así en el cuarto juego».
Los Cavaliers se aseguraron que Curry se sintiera acosado en todos lados durante el tercer juego. Cuando intentaba llegar a línea de base, había alguien ahí para chocarlo. Si intentaba cortar a otro lado, alguien le impedía el paso. Si intentaba acelerar el paso, Kyrie Irving o alguno de sus compañeros estaba frente a él, siendo físico, no lo suficiente para cometerle faltas, pero si para incomodarlo.
«Eso va para todos sus jugadores, no solo para Steph», dijo el alero de los Cavaliers, LeBron James. «Hacen un gran trabajo moviendo el balón, y cuando les permites moverse con libertad son muy peligrosos y ya lo son lo suficiente. Así que cuando uno les permite correr con libertades, sin sentir la presión o sin ser físicos, son capaces de sentirse mucho más cómodos».
La paliza por 30 puntos en el tercer juego da la impresión de que los Cavaliers controlan la serie, pero aún necesitan ganar tres de los cuatro juegos restantes ante un equipo que no es propenso a caer en baches prolongados. Kevin Love parece recuperarse rápidamente de su conmoción, pero aún queda la duda de si jugará el viernes, y que papel desempeñaría.
Abajo en la serie 2-0, los Cavaliers no tenían otra opción que no fuera jugar con un sentido de urgencia. Luego de un triunfo por 30 puntos, James quiere ver esa misma desesperación.
«No podemos darnos el lujo de colocarnos abajo 3-1 e ir a su arena, y devolverles la confianza», afirmó James. «Así que para nosotros sigue siendo un juego de vida o muerte».