Muhammad Ali y las personas más allegadas a él comenzaron a redactar hace años un documento, el cual fue creciendo tanto al paso del tiempo que todos comenzaron a llamarlo «El Libro». Su contenido se dará a conocer pronto.
En las numerosas páginas, el gran boxeador definía con lujo de detalles cómo quería decir adiós al mundo.
«El mensaje que enviaremos no es nuestro. Esto fue diseñado realmente por el propio campeón», dijo Timothy Gianotti, experto en estudios islámicos, quien durante años ayudó a planificar las ceremonias. «El amor, el respeto y el carácter incluyente que vamos a experimentar durante los próximos días constituyen en realidad una reflexión sobre su mensaje a toda la gente del planeta Tierra».
Ali, quien falleció el viernes a los 74 años, fue tres veces campeón mundial de los pesados, y quería que la ceremonia principal en su memoria se realizara en una arena deportiva. Deseaba que varias religiones pudieran expresar su voz, sin dejar de cumplir con las tradiciones de su fe musulmana.
Y anhelaba que la gente común asistiera al acto, no sólo las celebridades.
El púgil jamás se deprimió al hablar de su muerte, dijo Bob Gunnell, vocero de la familia Ali. Recordó las propias palabras del ex deportista durante las reuniones para planificar el funeral.
«Está bien. Estamos aquí para hacer el trabajo del modo en que yo quiero que se haga», habría comentado.
El documento fue sometido a más revisiones en los últimos días de Ali, quien falleció en un hospital de Arizona, donde estaba presente su familia.
Durante años, el plan contempló que el cadáver debía llevarse al Centro Muhammad Ali en Louisville, dijo Gunnell. Ese homenaje se rechazó de último minuto porque la esposa del boxeador, Lonnie, temía que ello obligara a cerrar las puertas del recinto, ante la gran cantidad de gente que trataría de congregarse ahí.
En vez de ello, se optó por una procesión de varios kilómetros, que llevaría el cadáver de Ali por toda su ciudad natal. La caravana pasaría frente al museo construido en honor del peleador, por el bulevar que lleva su nombre y por el barrio donde creció, jugó en la bicicleta y practicó boxeo de sombra.
Louisville, una ciudad que sólo suele llamar la atención nacional durante dos minutos al año en el Derby de Kentucky, albergará el viernes uno de los mayores sucesos en su historia. Ex presidentes, jefes de gobierno de varios países, estrellas de cine y deportistas famosos llegarán para rendir homenaje a Ali.
«Ha sido un momento de verdad agridulce para nuestra ciudad», dijo el alcalde Greg Fischer. «Todos hemos temido el deceso del campeón, pero al mismo tiempo sabíamos que llegaría. Era egoísta pensar que podíamos conservarlo para siempre. Ahora, nuestro trabajo como ciudad es darle la despedida con la clase, dignidad y respeto que se merece».
El ex mandatario Bill Clinton, viejo amigo de Ali, pronunciará un discurso durante el funeral en el KFC Yum! Center, donde se espera que se ocupen las 15.000 butacas.
Otros oradores incluirán a representantes de varios credos, incluyendo musulmanes, judíos, cristianos, budistas y mormones.