El jardinero cubano de los Bravos de Atlanta, Héctor Olivera, aceptó una suspensión 82 juegos sin goce de sueldo por quebrantar el reglamento de violencia doméstica de Grandes Ligas.
La suspensión es retroactiva al 30 de abril de 2016, informó el jueves el comisionado Rob Manfred, según un comunicado de prensa. Olivera podría volver a jugar el 1 de agosto.
El 13 de abril, Olivera fue arrestado y acusado de agredir a una mujer en un hotel a las afueras de Washington, donde los Bravos estaban de visita. Enfrenta cargos menores de agresión y lesiones, y se le fijó una fianza de 10.000 dólares.
La policía acudió al hotel Ritz-Carlton en Pentagon City, donde una mujer que presentaba huellas evidentes de golpes afirmó que Olivera la había agredido, dijo en aquella fecha Ashley Savage, vocera de la policía de Arlington. La portavoz añadió que Olivera y la mujer se conocían.
Olivera, de 31 años, desertó de Cuba, firmó un contrato por seis años y 62,5 millones de dólares en mayo con los Dodgers de Los Ángeles y fue cedido a Atlanta mediante un canje pactado el 30 de julio.
Su salario para esta temporada es de 4 millones de dólares.
Olivera es el tercer pelotero sancionado bajo la política sobre incidentes de violencia doméstica que entró en vigencia esta temporada.
El cerrador cubano Aroldis Chapman, de los Yanquis de Nueva York, purgó 29 juegos. Y el torpedero dominicano José Reyes, de los Rockies de Colorado, recibió una suspensión de 52 juegos que abarca hasta el 31 de mayo.