Los jugadores de Manchester United se refugiaron en el pasillo del autobús del equipo, tirándose al suelo mientras objetos lanzados desde afuera golpeaban las ventanas.
Algunos gritaban, otros maldecían, incluso se reían. Jesse Lingard, quien grababa la escena con su teléfono, se apuntó con la cámara y se cubrió la boca con la mano, como fingiendo temor.
«Mami, mami», se le escucha decir.
Sin duda, que no fue una antesala típica para el partido entre United y West Ham el martes por la liga Premier.
En una escena de violencia que hizo recordar la época de los hooligans de los 70 y 80 en el fútbol inglés, el autobús de United, rodeado por policías antimotines, fue bombardeado con objetos mientras se movía lentamente entre cientos de fanáticos hacia el estadio Upton Park para el encuentro contra West Ham. Imágenes de video mostraron algunos daños a las ventanas del vehículo.
Lingard, extremo de United, grabó un video de los incidentes con su teléfono desde el interior del autobús, y las imágenes se propagaron como pólvora por las redes sociales. Los periódicos británicos publicaron una foto de una madre aparentemente angustiada y su hijo mientras eran sacados del lugar, y bengalas detonaban en las calles repletas de basura a sus espaldas.
El autobús con el plantel de United finalmente entró al estado, aunque el partido fue retrasado 45 minutos. United perdió 3-2, lo que golpeó sus posibilidades de clasificarse a la próxima Liga de Campeones, y el técnico Louis van Gaal dijo que el desempeño del equipo se vio afectado por el incidente.
El miércoles, West Ham se disculpó por los incidentes, y dijo que algunos hinchas «no se comportaron de la manera apropiada al agredir el autobús de Manchester United».
«Eso fue inaceptable», agregó West Ham en un comunicado, «y trabajaremos con la policía para identificar a los responsables e inhabilitarlos de por vida».
La Asociación de Fútbol inglesa dijo que investiga el incidente.
La policía de Londres informó el miércoles que cuatro oficiales sufrieron heridas menores. No hubo arrestos durante el incidente con el autobús, aunque tres hombres fueron arrestados durante el partido, incluyendo uno por pelear y dos por invadir la cancha.
La policía buscaba grabaciones de video y pidió la colaboración de testigos.
Upton Park, el hogar de West Ham durante 112 años, albergó su último partido antes que el club se mude al Estadio Olímpico la próxima temporada.