Faltan pocas horas para que el Barcelona salte al campo del Santiago Bernabéu y se juegue en 90 minutos sus aspiraciones en la Liga española. Si bien la jornada anterior el equipo consiguió un aplastante triunfo de 7-0 sobre el Osasuna, que permitió disipar algunas dudas de su juego, lo cierto que en las últimas semanas la palabra irregularidad ha sido presa de los dirigidos por Gerardo Martino.
Esa irregularidad, remarcada por la derrota en Valladolid, no está permitida hoy en la casa del Real Madrid, pues un resultado que no sea el triunfo dejaría casi sentenciada la suerte para los culés, en este caso en contra y daría a su eterno rival la posibilidad de encaminarse hacia el cetro de Liga a falta de nueve jornadas.
Más allá del golpe anímico que supondría el triunfo del Real, la historia dicta que el club blanco tiene las estadísticas a su favor cuando el clásico se presenta con condiciones idénticas a las de ahora. Son 13 las veces que el Barcelona visitó el feudo blanco en la segunda vuelta liguera y con los Merengues en el liderato.
Ocho de esos 13 enfrentamientos acabaron con triunfo del Real, que luego ganaría la Liga siempre, salvo en la campaña 1983-84, cuando fue el Athletic de Bilbao se alzó con el título.
Este es un dato muy relevante, porque existe un evidente paralelismo entre aquella campaña y la actual. Y es que el Barça llegó al Bernabéu como tercer clasificado y a cuatro puntos del Madrid; aquel clásico se produjo a nueve jornadas del final del torneo y por cierto los blancos ganaron al son de 2-1.
Pero no todo está perdido para los culés, pues esperan a que la historia se repita como en 1929 y 2010. Llegaron a la casa del Real debajo de su rival en la recta final del torneo, ganaron, remontaron en la clasificación y semanas después se proclamaron Campeones.
De ahí que el partido de hoy, el más mediático del mundo, tenga tanta trascendencia más allá del orgullo que implica ganar al odiado rival.