Grandes Ligas decidió el viernes trasladar a Miami una serie de dos partidos que iban a jugarse en Puerto Rico por preocupación de jugadores por el virus del zika.
La serie entre los Marlins de Miami y los Piratas de Pittsburgh se había previsto disputar el 30 y 31 de mayo en el estadio Hiram Bithorn de San Juan.
El comisionado Rob Manfred tomó la decisión tras recibir un pedido del sindicato de peloteros (MLBPA), que transmitió los temores de jugadores de contraer o transmitir el virus a sus familiares.
«Debido a que demasiados jugadores en ambos clubes caen dentro de esa categoría, el comisionado Manfred no tuvo otra alternativa que buscar una nueva sede para los juegos», indicó Grandes Ligas en un comunicado.
«El comisionado Manfred y la MLBPA comprenden plenamente la decepción en Puerto Rico por el cambio de sede de los juegos… Se hizo todo lo posible para atender los temores planteados por los jugadores para poder disputar los partidos en Puerto Rico, pero pese a los ingentes esfuerzos, no se puedo tener una solución viable», añadió.
Funcionarios de salud de Estados Unidos consideran que Puerto Rico constituye uno de los frentes principales en la lucha del país por evitar una mayor propagación del zika.
Jugadores y empleados de los Marlins y Piratas recibieron información del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) sobre los riesgos del zika.
El CDC ha advertido que el zika puede causar microcefalia, un defecto en que los bebés nacen con cabezas anormalmente pequeñas. La principal forma de propagación del virus es mediante las picaduras de mosquitos, aunque también puede transmitirse por medio de las relaciones sexuales.
Según cifras divulgadas el viernes por el Departamento de Salud de Puerto Rico, la isla tiene 785 casos confirmados de zika, incluyendo su primera muerte por el virus.
El pitcher Tom Koehler, representante de los jugadores de los Marlins ante el sindicato, había dicho que el equipo había recibido una voluminosa lista de precauciones sobre Puerto Rico, recomendando que una pareja embarazada no hiciera el viaje a la isla.
La serie fue pautada en la fecha que las mayores celebra el Día de Roberto Clemente, en el que los equipos suelen unirse para rendir homenaje al fallecido astro boricua de los Piratas y miembro del Salón de la Fama.
Los partidos en el Hiram Bithorn serían los primeros de Grandes Ligas en Puerto Rico desde que los Marlins se enfrentaron a los Mets de Nueva York en 2010. El estadio también ha sido ha sido sede de juegos del Clásico Mundial de béisbol.
Cuando empezaron a circular versiones sobre el temor de los jugadores, el gobernador Alejandro García Padilla rechazó el miedo de los peloteros.
«Es irónico que los deportistas (de Estados Unidos) estén dispuestos a ir a Brasil a las Olimpiadas y no venir a Puerto Rico», señaló en una entrevista con el diario El Nuevo Día. «Y que estén dispuestos (los peloteros) a jugar en Miami o en Tampa, donde hay zika, y no venir a Puerto Rico. Obviamente el béisbol no les da lo que la naturaleza no les dio. Creo que al fin y al cabo, si no son capaces de entenderlo, no son capaces de entenderlo. Podrán ser buenos beisbolistas, pero, obviamente, muy inteligentes no son».
Varios jugadores puertorriqueños salieron al paso a lo dicho por el gobernador.
Yadier Molina, el receptor de los Cardenales de San Luis, respondió con sarcasmo: «Gracias Gobernador por la ayuda», escribió en su cuenta de Twitter.
Unas horas antes del anuncio el viernes, Molina imploró ir de visita a Puerto Rico y que «sigo sin entender porque MLB cancela los juegos en PR! Wow!».
En lugar de los juegos, Grandes Ligas informó que montará en mayo una serie de actividades con la comunidad y academias juveniles, a los que Manfred planea estar presente junto a peloteros retirados.
«Las partes seguirán colaborando para impulsar el crecimiento del deporte en Puerto Rico, donde una excepcional tradición beisbolera que convirtió a la isla en una plaza importante», añadió el comunicado.