Un primer juego sin hit confirmó la calidad de Jake Arrieta. El segundo, en un tramo de apenas 11 aperturas en la campaña regular, lo ha colocado en una elite.
Y su compañero de batería en los Cachorros sospecha que el lanzador, el último ganador del Cy Young en la Liga Nacional, conseguirá la proeza en varias ocasiones más.
Arrieta lanzó el primer juego sin hit de la presente campaña de Grandes Ligas y el segundo en su carrera para que los Cachorros de Chicago apalearan el jueves 16-0 a los Rojos en Cincinnati.
El derecho ponchó a seis, concedió cuatro pasaportes, y sólo permitió seis elevados a los prados para mejorar a 12-4 el récord de los Cachorros, que viven su mejor inicio de temporada desde 1970.
«La segunda vez se siente diferente», dijo Arrieta, quien mejoró en los últimos innings. «Estuve más relajado a medida que el juego avanzaba».
Arrieta (4-0) realizó 119 lanzamientos y retiró al venezolano Eugenio Suárez en un elevado de rutina al jardín derecho que puso fin al encuentro.
«Una vez que llegué de la octava entrada, esa era la idea: Tratar de lanzar bien en las esquinas y no cometer muchos errores», declaró.
El pasado 30 de agosto, el derecho logró un sin hit al blanquear 2-0 a los Dodgers de Los Angeles, como parte de una de las mejores rachas sobre el montículo en la historia del club.
Los Rojos no habían sufrido un juego sin hit en una temporada regular desde 1971, cuando Rick Wise los contuvo desde la lomita por Filadelfia en el Riverfront Stadium. En los playoffs de la Liga Nacional en 2010, Roy Halladay, también de los Filis, lanzó un juego sin hit ante Cincinnati.
Arrieta es uno de pocos abridores que ostentan dos juegos sin hit en la última década. El derecho de 30 años se suma a la lista de Max Scherzer, Justin Verlander, Tim Lincecum y Homer Bailey.
«Se hizo historia del béisbol, hay muchas cosas de las que he logrado formar parte a lo largo de estos 12 o 15 meses», comentó Arrieta. «Realmente estamos tratando de disfrutarlo».
Arrieta se convirtió además en el primer lanzador de los Cachorros en ganar sus primeras cuatro aperturas en una temporada desde que Greg Maddux lograra una foja de 5-0 en 2006. Ken Holtzman es el único otro lanzador de los Cachorros en lanzar más de un juego sin hit en la era moderna, haciéndolo en 1969 y 1971.
Kris Bryant pegó par de cuadrangulares, uno de ellos grand slam, y remolcó seis carreras. Arrieta contribuyó a la ofensiva con un par de sencillos y una base por bolas negociada mientras los Cachorros se despegaban en la pizarra.
La ventaja de 16 carreras se acercó a la paliza más amplia en la historia de las mayores. En 1884, Pud Galvin y Buffalo vencieron 18-0 a los entonces Wolverines de Detroit, de acuerdo con cifras de STATS.
Para los estándares de Arrieta, fue un partido complicado. En los primeros seis innings ya había dado tres pasaportes sólo había otorgado dos bases por bolas en sus primeras tres aperturas combinadas y realizado 85 lanzamientos. Fue entonces que entró en calor y aceleró su labor frente a los bates de los Rojos.
«Me sentí descontrolado desde el inicio», dijo Arrieta. «Me sentía fuera de control, pero pude mantenerlos desequilibrados».
Los miles de seguidores de los Cachorros entre los 16.497 aficionados presentes se pusieron de pie y apoyaron a Arrieta mientras éste dio base por bolas a Scott Schebler al abrir la parte baja del noveno episodio, antes de poner fuera sucesivamente al emergente Tucker Barnhart, a Zack Cozart y a Suárez.
Tras el out 27, Arrieta y el receptor David Ross se abrazaron entre el plato y el montículo mientras el resto de los jugadores de los Cachorros se acercaba para festejar.
«Él tiene tanta capacidad que podría hacer esto cada noche», afirmó Ross, quien por primera vez fue receptor en un juego sin hit.
Por los Cachorros, el cubano Jorge Soler de 5-1.
Por los Rojos, el venezolano Suárez de 3-0.