Lionel Messi marcó su gol 500 en partidos oficiales con el Barcelona y la selección argentina, pero el astro vivió un trago amargo cuando su club sucumbió el domingo 2-1 local ante el Valencia y dejó que el Atlético de Madrid le diera alcance en la cima de la liga española.
Con goles de Jorge Resurreción «Koke», Fernando Torres y el argentino Angel Correa, el Atlético superó 3-0 al Granada y sumó los mismos 76 puntos que el Barsa, primero técnico por mejor balance goleador respecto a los rojiblancos.
Los dirigidos por el entrenador argentino Diego Simeone tienen también una unidad de ventaja sobre el tercer clasificado Real Madrid, que goleó el sábado 5-1 al Getafe, y alargaron su radiante estado de felicidad tras eliminar al Barsa de la Liga de Campeones el miércoles, clasificando a semifinales.
Ambos equipos madrileños han visto reflotar sus opciones de pelear el título con el reciente y pasmoso desplome del Barsa, que ha perdido en sus últimas tres fechas, y ha dilapidado un colchón que llegó a ser de nueve puntos sobre el Atlético hace cuatro jornadas.
Iván Rakitic empezó a cavar la fosa del Barsa con un gol en contra a los 26 minutos, y el Valencia amplió su ventaja por vía de Santi Mina a los 45. Pudo recortar Messi a los 63 con su 23ro del campeonato, pero los azulgranas penalizaron su alarmante falta de puntería.
Torres no estaba en el cuadro rojiblanco cuando ganó por última vez el campeonato en 2014, pero sí «Koke», quien abrió el marcador a los 15 minutos ante el Granada, antes de facilitar a los 59 la octava diana de la temporada al «Niño».
Ingresado de suplente a los 62, Correa puso el tercero a los 83 para acabar de sepultar al cuadro andaluz, que cuenta apenas 30 unidades y marca el límite con el descenso.
«Muy contento de haber llegado al objetivo del club, estar en la Champions que viene», celebró Simeone tras asegurar matemáticamente el tercer lugar. «La liga será difícil, pero haremos lo que nos exige el calendario: ganar, ganar y ganar».
En otros partidos de la 33ra fecha, Rayo Vallecano ganó 2-1 a Villarreal, Athletic de Bilbao 1-0 a Málaga, y Sevilla igualó 1-1 con Deportivo La Coruña.
El Barsa apareció de lo más enchufado ante el Valencia, pero no atinado ante Diego Alves, quien se reveló un escollo insalvable para los azulgranas en la primera mitad.
Tras un error de Neymar en al área chica, el arquero brasileño lució reflejos en un remate con el exterior de Messi, y fuerza de piernas en un intento de globo de su compatriota, a quien había habilitado «La Pulga» con un gran pase diagonal.
El argentino tampoco acertó a batir a Alves tras dejada de taco de Neymar y, del posible tanto local, se pasó al silencio de la hinchada, que vio como Rakitic desvió a su propio arco un centro de Siquiera, desconcertando al chileno Claudio Bravo.
Voluntarioso y participativo, Messi buscó el empate de cabeza tras ganar la espalda a la defensa visitante, pero nuevamente se topó con Alves, y fue el Valencia el que hizo saltar definitivamente las alarmas con el segundo de Mina, frío definidor al poste más lejano de un pase filtrado por Dani Parejo.
Acudió al rescate Messi en el segundo tiempo, generando una apertura para Alba con complicidad de Neymar, y acudiendo al remate de primeras del cruce del lateral, ya sin opción para el arquero.
Pero Alves y la falta de acierto rematador condenaron al Barsa en el tramo final, donde el brasileño tapó una media vuelta de Rakitic y Gerard Piqué mandó el balón fuera, con todo a favor.
El arranque en Vicente Calderón fue para el Atlético, que tardó apenas dos minutos en crear una primorosa ocasión de gol, malograda por «Koke», al rematar por encima del arco un goloso centro del lateral Juanfran Torres.
Pero la siguiente llegada fue letal. Originó en la banda que ocupaba Lucas Hernández, y el central reconvertido a lateral ofreció un pase horizontal que Torres remató al cuerpo de Ricardo Costa y «Koke ya remachó, fusilando al arquero.
A partir de la ventaja local, el primer tiempo se jugó en cancha de un Atlético excesivamente calculador, pecado que casi aprovechó el Granada para igualar con disparo al poste de Rubén Rochina.
Simeone alteró el panorama tras la reanudación con el ingreso de los argentinos Augusto Fernández y Correa, claves ambos para redondear el marcador.
El Atlético ganó en visión panorámica con Fernández, quien de inmediato conectó con «Koke» para que el volante filtrara un balón a Torres, hábil en el control y pique de zurda para superar la desesperada salida de Andrés Fernández.
Con ampliado colchón, la hinchada celebró también el gol de Correa, forjado en saque largo del arquero y golpeo interior del argentino.