Termina la corrida por la mañana y José Arnulfo Obando se convierte del entrenador en jefe al chef preferido por el tri campeón mundial nicaragüense Román Chocolatito González, Hoy estamos preparando un pescado al vapor para el monarca dice Arnulfo Obando a eso de las 10:30AM, sigue cortando un par de zanahorias y nos percatamos que está elaborando dos distintas opciones de alimentos para lo que será el último día de entrenamiento antes de salir el domingo rumbo a Los Ángeles.
Arnulfo Obando empezó a tener obligación por la cocina desde sus días de niño, Le agradezco a mi mamá por enseñarme tantas cosas, incluso cocinar, lavar y planchar recuerda Obando nacido en Rivas el 20 de septiembre de 1962, éramos muy pobres, mi mamá no tenía el apoyo de mi papá, ella salía a ganarse la vida en la costura y yo quedaba a cargo de la casa dice Obando con semblante nostálgico, me vi en la obligación porque también debía cuidar a mi hermana mientras mi mamá trabajaba
En 2003 Arnulfo Obando fue el primer entrenador nicaragüense en conquistar una corona mundial cuando viajó a Madrid para guiar a Eduardo Márquez a convertirse en el séptimo campeón nicaragüense en la historia y ha ganado dos de las tres coronas junto a González con quien inició en el año 2010. Entre otras facetas Obando fue guerrillero en la lucha sandinista contra Somoza en los 70, boxeador amateur, ex miembro del Ejercito de Nicaragua, comerciante, destazador, matchmaker de boxeo, cambista, y además entrenar a Chocolatito y varios retadores a la corona hoy es consejero y socio de una promotora de artes Marciales Mixtas.
Obando procede a cortar cebollas, y tiene tanta experiencia con el cuchillo como su destreza en la guiar a Chocolatito en la esquina, sigue atento a los detalles y trata de no olvidar la ultima pisca de sal y ajo, Obando prepara dos tipos de comidas, una muy baja en calorías y la otra para el resto del equipo de trabajo, esta última es una carne molida con todos los ingredientes adecuados y el secreto del chef Obando. El otro día cociné una sopa de cabezas pescados, con otros ingredientes, Román comió una vez y después me pidió un poco más apunta Obando con cara de satisfacción.
La comida está lista y Obando tira las cucharas, sale de la cocina y entra a su cuarto, ordena sus maletas antes de salir al gimnasio con una nueva meta en su trabajo de adiestrador: Román González en 116 libras.