En medio del frenesí por el retiro de Kobe Bryant, que se despidió con 60 puntos, el récord de 73 triunfos de los Warriors y los 400 triples de Stephen Curry, casi nadie habla de LeBron James y sus Cavaliers.
Eso podría cambiar pronto ahora que llegan los playoffs.
«Estoy listo», expresó James. «Estoy donde quiero estar».
Físicamente, LeBron dice estar mejor que en muchos años. Terminó la temporada jugando a un gran nivel y ahora aspira a llevar a los Cavaliers a la final y regalarle un título a una ciudad de Cleveland que no saborea un campeonato en básquetbol, béisbol o fútbol americano desde hace 52 años.
Al cierre de una temporada llena de dramatismo, en la que el técnico David Blatt fue despedido a pesar de que tenía una marca de 30-11, James bromeó con los aficionados acerca de su futuro y también con sus compañeros en las redes sociales.
Pero ahora está enfocado en demostrar que los pronósticos que daban a los Cavaliers como campeones de la Conferencia del Este no estaban equivocados.
Cleveland, no obstante, no es favorito en una eventual final de la liga contra los Warriors o los Spurs. Y eso puede ser una motivación adicional para el fenomenal LeBron, que busca su sexta final consecutiva y tercer título.
Él sabe mejor que nadie que con cada año que pasa disminuyen las posibilidades de que vuelva a coronarse. Y a los 31 años, nada le gustaría más que bajarle los humos a los Warriors de Golden State, campeones del año pasado y que acaban de completar una temporada histórica, con un Curry monumental.
Si LeBron sigue jugando como lo hizo en las últimas semanas y recibe apoyo de Kyrie Irving, Kevin Love y los demás, no es descabellado pensar que el astro puede conquistar su cuarta corona.
En sus últimos diez partidos LeBron tuvo un promedio de 28,4 puntos por encuentro, una efectividad del 63% en sus tiros –más de la mitad en triples–, ocho asistencias y 8,5 rebotes recuperados.
«Ojalá pueda mantener ese nivel», expresó el técnico Tyronn Lue. «Si juega así, va a ser muy difícil ganarnos».
Lo más notable es que levantó su rendimiento en momentos en que surgían dudas acerca de su futuro con Cleveland, el equipo de sus amores.
El 19 de marzo, James y los Cavs fueron apaleados por Miami, un equipo que bien podría frenar la marcha de Cleveland hacia la esperada final. En el entretiempo, James habló durante varios minutos con su excompañero y gran amigo Dwayne Wade.
Eso no fue bien visto. Para colmo, después del partido LeBron dejó de seguir la cuenta de Twitter de los Cavaliers y se le atribuyó haber dicho que algún día querría jugar de nuevo con Wade, con Carmelo Anthony y con Chris Paul. Todo esto, sumado al hecho de que firma contratos de un año con Cleveland, dio paso a especulaciones de que quería cambiar de aires.
La conmoción fue tal que Lue y el gerente general de Cleveland David Griffin se reunieron con él para hablar de sus planes.
Desde entonces, sin embargo, LeBron estuvo imparable. Y más de uno cree que con un LeBron tan inspirado Cleveland bien podría darle una sorpresa a los Warriors o a quien sobreviva a la reñida contienda en la Conferencia Occidental.
El técnico de los Pistons Stan Van Gundy, quien ha enfrentado a Lebron en los playoffs, dice que será difícil contenerlo.
«Uno siempre prepara un Plan A, un Plan B, un Plan C y un Plan D», comentó. «En realidad, lo que hacemos es probar distintas fórmulas y ver si alguna funciona. Uno no puede tener una sola estrategia con LeBron James. Si alguien tuviese la fórmula para contenerlo, entonces no estaría haciendo las cosas que ha hecho por 13 años en esta liga».