Por primera vez en las cuatro décadas de existencia de la agencia libre, los Yanquis de Nueva York dejaron pasar los meses del receso del invierno sin ofrecer un contrato de Grandes Ligas a ninguno de los agentes libres disponibles en el mercado.
Los Yanquis aspiran a repetir en la postemporada. Mejor aún, disputar una serie de playoffs por primera vez desde 2012. Un pitcher de la talla David Price o el dinámico jardinero Jason Heyward hubieran sido piezas que fácilmente les tendrían colocados en la categoría de favoritos.
Pero el plan es transparente: tratar de ser competitivos lo mejor posible mientras en los próximos dos años dejan expirar los abultados contratos del primera base Mark Teixeira, el jardinero derecho Carlos Beltrán, el lanzador CC Sabathia y el bateador designado Alex Rodríguez.
Las tres principales adquisiciones se concretaron mediante canjes: el relevista Aroldis Chapman, el segunda base Starlin Castro y el jardinero Aaron Hicks.
No es ningún secreto que en las altas esferas de la franquicia se busca controlar el gasto, en particular reducir el monto que deben pagar en concepto de «impuesto de lujo» al excederse en los gastos de nómina. La cifra del año pasado correspondiente a los Yanquis ascendió a 26,1 millones de dólares y desde que el impuesto se puso en vigencia han tenido que pagar casi cerca de 298 millones.
«Eso es el reflejo de nuestros compromisos actuales, los cuales son muy grandes», reconoció el gerente general Brian Cashman. «Somos agresivos cuando se puede gastar. Creo que nuestra historia indica que no somos tan agresivos cuando no tenemos ese dinero».
Se diría que han escarmentado en cuanto a la estrategia de ofrecer contratos multianuales a agentes libres que han pasado de los 30 años de edad.
Como pintan las cosas, los Yanquis están preparando el terreno para la agencia libre tras la campaña de 2018, en la que un excepcional grupo de estrellas jóvenes estarán disponibles, como Bryce Harper, Manny Machado y José Fernández.
De momento, este es un equipo que trata de sostenerse con veteranos que queman sus últimos cartuchos; el formidable trío de relevistas compuesto por Chapman, Andrew Miller y Dellin Betances; y una prometedora camada de prospectos en el que sobresalen el pitcher Luis Severino, el primera base Greg Bird y el jardinero Aaron Judge.
El año pasado, el primero tras el retiro del capitán Derek Jeter, los Yanquis amanecieron el 29 de julio liderando la división Este de la Liga Americana por siete juegos y una foja de 57-42. Su marca posterior fue 30-33, acabaron seis juegos detrás de Toronto y debieron conformarse con disputar el partido de wildcards, en el que sucumbieron de locales por 3-0 ante Houston.
La producción ofensiva se desplomó en los últimos dos meses.
Luego de perderse toda una temporada al ser suspendido por dopaje y quebrantar el convenio laboral, A-Rod tenía promedio de .281 con 24 jonrones y 63 impulsadas al 6 de agosto. Pero apenas bateó para .186 con nueve jonrones y 23 remolcadas en el resto de la campaña.
Teixeira, quien llevaba 31 jonrones y 79 impulsadas, se fracturó la pierna a fines de agosto y quedó descartado. Las lesiones también mermaron al jardinero central Jacoby Ellsbury, cuyo OPS de .663 fue el peor de su carrera, un pésimo indicio para un pelotero al que le deben salarios anuales de por lo menos 21 millones hasta 2021.
El jardinero izquierdo Gardner y el receptor Brian McCann también flaquearon en el último mes, con porcentajes de bateo por debajo de .200. La excepción fue Beltrán, quien elevó su porcentaje de .259 al inicio de agosto para cerrar en .276.
LAS DUDAS DE LA ROTACIÓN
Con la excepción del dominicano Severino, los integrantes de la rotación empiezan la campaña marcados por interrogantes sobre salud. Masahiro Tanaka (los ligamentos del codo), CC Sabathia (rodilla y tratamiento por alcoholismo), Michael Pineda (antebrazo), Nathan Eovaldi (codo) e Iván Nova (recuperación tras una cirugía Tommy John).
El zurdo Sabathia, quien cumple 36 años en julio, está en una encrucijada. Lleva tres años seguidos con un promedio de efectividad por encima de 4.70 y la velocidad de su recta se ha desplomado por culpa de sus molestias en la rodilla derecha. ¿Será capaz de responder en una inédita tarea de relevista?
Tanaka es el as, pero no ha pasado de las 30 aperturas en sus dos campañas en Nueva York.
«La salud de nuestra rotación abridora es la clave para nosotros», admitió Cashman.
EL SUPER BULLPEN
Colectivamente, Chapman, Miller y Betances poncharon a 347 bateadores en 212 innings el año pasado. Nueva York podría ser imbatible si tiene la ventaja tras los primeros seis innings.
Adquirido en un canje con Cincinnati, el cubano Chapman recibió de inmediato la función de cerrador que Miller cumplió el año pasado con 36 salvados en 38 oportunidades. Pero Chapman se perderá los primeros 30 juegos al purgar una suspensión por violencia doméstica.
LA NUEVA GENERACIÓN
Severino no fue el único producto de la cantera que debutó el año pasado. El primera base Bird, el infielder Rob Refsnyder y los jardineros Mason Williams y Slade Heathcott también subieron al equipo grande.
Titular tras la lesión de Teixeira, Bird disparó 11 jonrones y produjo 31 carreras en 46 juegos. Pero se perderá la temporada por una lesión del hombro.
Judge, el torpedero Jorge Mateo y el pitcher James Kaprielian asoman en el horizonte.
Los Yanquis han vuelto a prestar a atención al concepto de que forjar su propio talento da buenos dividendos, como ocurrió a mediados de los 90 con el surgimiento de Derek Jeter, Mariano Rivera, Jorge Posada y Andy Pettitte.
CONCLUSIÓN:
Castro y el torpedero Didi Gregorius son los únicos menores de 30 años en la alineación diaria. ¿Hasta dónde pueden llegar los Yanquis con tantos veteranos, incluyendo a un A-Rod que pasa de los 40? Fue lo que pasó la pasada temporada, en la que acabaron por desinflarse al final.