Quizás sea algo prematuro hablar de desasosiego en Toronto debido a que José Bautista y Edwin Encarnación están por cumplir el último año de contrato con los Azulejos.
¿Acaso no es mejor disfrutar el potencial ofensivo del equipo que el año pasado encabezó las mayores con 891 carreras?
Los Azulejos pusieron fin a una sequía de 22 años sin clasificarse a la postemporada al ganar el banderín de la división Este de la Liga Americana por primera vez desde 1993. Fue algo que pocos se esperaban, sobre todo cuando el abridor Marcus Stroman se lesionó la rodilla en los entrenamientos primaverales.
Pero el entonces gerente general Alex Anthopoulos se las jugó por todas en la fecha límite de cambios, al incorporar al torpedero Troy Tulowitzki y luego al as David Price. Propulsados por las adquisiciones, Toronto fue avasallante. La marca del equipo era de 50-50 cuando obtuvieron a Tulo, el 27 de julio. Procedieron a ganar 24 de sus siguientes 30 juegos para apoderarse del primer lugar, el 23 de agosto.
Tras remontar para vencer a Texas en la primera ronda de los playoffs, sucumbieron ante Kansas City en una serie de campeonato que se definió en seis partidos.
Price firmó como agente libre con Boston, un rival de división, pero los Azulejos siguen siendo el equipo a vencer.
«Aún tenemos esa ambición de dar el siguiente paso», afirmó el manager John Gibbons. «Queremos salir a decirle a la gente que somos los campeones».
Aunque las intenciones de los Azulejos son cristalinas, el tema de los contratos de sus dos toleteros dominicanos no va a desaparecer.
Con una camiseta estampada con la frase «HOME IS TORONTO» (MI CASA ES TORONTO), Bautista fue tajante al plantear sus aspiraciones de salario al iniciar la pretemporada: «Ellos saben y entienden las cosas que dije, y están de acuerdo conmigo. Sólo es cuestión de si ellos quieren ir ahí».
El jardinero derecho aludía a Mark Shapiro, el nuevo presidente del club, y a Ross Atkins, quien quedó como gerente cuando Anthopoulos rechazó una oferta de cinco años para seguir en la organización.
Lo más seguro es los Azulejos serán precavidos al considerar que Bautista tiene 35 años y Encarnación 32.
Bautista, cuyo despegue en las mayores no se produjo hasta que tenía 29 años, suele mencionar lo bien que cuida su físico. Ha promediado 138 partidos desde 2010, la campaña en la que empezó una racha vigente de seis convocatorias seguidas al Juego de Estrellas.
El primera base y bateador designado Encarnación, en cambio, sí ha sufrido con diversas lesiones, pero eso no le ha impedido promediar 38 jonrones, 106 impulsadas y slugging de .549 desde 2012.
En caso de perderles, Toronto se puede consolar con el hecho de que tienen atados al tercera base Josh Donaldon, el reinante Jugador Más Valioso de la liga, hasta 2019; al receptor Russell Martin hasta 2019; y a Tulowitzki hasta 2020.
SÁNCHEZ, ¿ABRIDOR O RELEVISTA?
La gran disyuntiva de la primera es si deben emplear al derecho Aaron Sánchez como abridor o desde el bullpen. Sánchez (23 años) prefiere estar en la rotación, lo que facilitaría conformar un 1-2 con Stroman (24 años), de dos pitchers de enorme proyección. Toronto parece inclinarse en que Sánchez se desempeñe como relevista al considerar que su reportorio no es el todo completo para abrir.
Stroman superó los plazos de recuperación y pudo realizar cuatro aperturas en el último mes. Ahora, cargará con la presión de ser el encargado de cubrir el puesto de Price.
El nudillista R.A. Dickey está para consumir innings, mientras que en la agencia libre pescaron al derecho mexicano Marco Estrada y al zurdo J.A. Happ.
La mejor campaña de su carrera, con marca de 13-8 y efectividad de 3.13 en 181 innings, le valió a Estrada a un contrato de 26 millones de dólares por dos años. Mucha gente con la boca abierta cuando desembolsaron 36 millones por tres años de Happ, quien revivió su carrera en Pittsburgh (1.85 de efectividad y 69 ponches en algo más de 63 innings) bajo la guía del coach Ray Searage. Puede ser mucho dinero, pero es lo normal ante el gran flujo de ingresos que hay en Grandes Ligas.
EL CERRADOR
El mexicano Roberto Osuna, de 21 años, quedó como taponero a mediados de la pasada temporada, consiguiendo 20 rescates en 23 oportunidades y 2.58 de efectividad. Mejor aún, recetó 75 ponches en 69 innings y dos tercios. Pero el equipo añadió a Drew Storen en el canje del jardinero izquierdo Ben Revere a Washington.
Storen fue cerrador con los Nacionales, incluyendo una campaña de 43 rescates en 2011. Pero es más recordado por los salvados desperdiciados en dos postemporadas sucesivas ante San Luis en 2012 y San Francisco en 2014.
Lo que sea, Gibbons dispondrá de un formidable bullpen al también contar con el zurdo Brett Cecil para las funciones de preparador de mesa.
El PRIMER BATE
El jardinero central Kevin Pillar reemplaza a Revere al frente del orden ofensivo. En su primera temporada completa, Pillar exhibió velocidad con 25 robos en 29 intentos, pero con un porcentaje de embasado de .314 que no es el ideal para un primer bate.
Pillar dice que verá mejores lanzamientos al resaltar que Donaldson (41 jonrones), Bautista (40) y Encarnación (39) le siguen detrás.
CONCLUSION:
¿Sabía que desde la expansión en 1961 ningún equipo tuvo una diferencia tan amplia de carreras sobre su escolta como lo hizo Toronto al sacar 127 de diferencia a los Yanquis? Se necesitarían tomos y tomos para dar cuenta de la ofensiva de los Azulejos. Es un equipo que batea hasta por los codos, pero dar otro asalto a los playoffs también depende de lo que aporte su rotación y que muchos de los treintañeros de la alineación aguanten los rigores.