La FIFA suspendió el lunes a otros tres exdirigentes de la federación sudafricana de fútbol en conexión con el arreglo de partidos amistosos previos a la Copa Mundial del 2010, jugada en Sudáfrica.
El exdirector ejecutivo de la federación Leslie Sedibe fue inhabilitado por cinco años y multado con el equivalente a 20.200 dólares, en tanto que Steve Goddard y Adeel Carelse, exmiembros del departamento de árbitros, fueron suspendidos por dos años cada uno.
Lindile Kika, director de las selecciones nacionales en el 2010, fue suspendido el año pasado por seis años.
La FIFA cree que al menos uno de los amistosos jugados por Sudáfrica de cara al mundial fue arreglado al permitir que una firma de apuestas de Singapur designase los árbitros.
La FIFA no identificó el o los partidos bajo sospecha, aunque desde siempre se han tejido versiones en torno a los triunfos de Sudáfrica por 2-1 sobre Colombia y por 5-0 ante Guatemala en las semanas previas al debut en el mundial. Los tres goles del duelo ante los colombianos fueron producto de penales y en el choque con Guatemala hubo una serie de decisiones arbitrales muy cuestionadas.
El partido Sudáfrica-Guatemala fue dirigido por el nigeriano Ibrahim Chaibou, quien ha sido involucrado en otros arreglos de partidos. El encuentro de los sudafricanos con Colombia estuvo a cargo del keniano Langat Kipngetich, quien también había dirigido un partido que Sudáfrica le ganó poco antes 4-0 a Tailandia.
Se cree que la dirigencia de la federación sudafricana comenzó a sospechar irregularidades e impidió que los jueces siguiesen siendo designados por los apostadores de Singapur.
Los dirigentes sudafricanos fueron acusados de violar las reglas relacionadas con la denuncia de irregularidades y la cooperación con los investigadores.
El tema de los arreglos de partidos ha sido sistemáticamente ignorado por las autoridades sudafricanas, que no hay hecho investigaciones serias a pesar de haberse comprometido a aclarar el asunto hace cuatro años.
Las suspensiones no hacen sino empañar más todavía la imagen del mundial sudafricano, ya de por sí manchada por denuncias de sobornos en el proceso de selección de la sede. Investigadores estadounidenses sospechan que Sudáfrica usó un fondo de 10 millones de dólares para pagar sobornos y han imputado a dos dirigentes por ahora no identificados.