Este viernes falleció, a los 72 años de edad, el presidente emérito de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) Gilberto Mendoza, padre del actual jefe de ese organismo que lleva el mismo nombre.
El occiso estaba recluido en Centro Médico Docente La Trinidad en Caracas, donde durante los últimos días libró contra el cáncer, el más duro combate de su vida. Lo acompañaron hasta el final su fiel Elena y sus hijos Gilberto de Jesús y María Elena.
Gilberto Mendoza no sólo fue un exitoso gerente y dirigente deportivo, sino que además, era ingeniero, con mucho liderazgo. Fue piedra angular en el desarrollo del Central El Palmar, ubicado en San Mateo estado Aragua. Tenía un verbo fresco por lo que era muy agradable de escucharlo. De cuerpo menudo, cabello blanco, siempre usaba lentes y un tono suave, vocabulario perfecto, sin mayores gesticulaciones. Siempre andaba impecablemente vestido.
Gilberto contaba que de muchacho jugó fútbol, e incluso se jactaba que era bueno en la cancha en su Barquisimeto natal. También hablaba que se puso los guantes y peleó en el aficionado y una de sus anécdotas más simpáticas la narró siempre con una sonrisa en el rostro. Decía que fue sparring del inolvidable Ramoncito Arias. Fue un round en el estadio de Barquisimeto, cuando se preparaba para enfrentar a Eder Jofre en su combate por el título gallo. Gilberto Mendoza arrancó formando parte de la dirigencia deportiva en Aragua. Luego se hizo de un nombre en el ámbito internacional, y desde 1982 y hasta diciembre de 2015 llevó las riendas de la Asociación Mundial de Boxeo.
Su mayor logro, sin duda alguna, fue la creación del programa KO a las Drogas, que impulsó además como diputado en la Asamblea Legislativa del estado Aragua. Luego ese KO a las Drogas fue convertido en una campaña mundial.
Gilberto Mendoza había renunciado tres meses atrás a la presidencia de la AMB por motivos de salud.