El quarterback Johnny Manziel, la evasiva estrella universitaria ganadora del Trofeo Heisman que estuvo lejos de igualar su éxito en la NFL, fue dado de baja el viernes por los Browns de Cleveland tras dos turbulentas y problemáticas temporadas.
El cese poco ceremonioso de Manziel el equipo envió un breve comunicado con pocas estadísticas y sin comentarios pone fin a una permanencia cargada de drama en Cleveland del jugador de 23 años, que enfrenta un futuro incierto dentro y fuera de la cancha.
Por primera vez desde que empezó a lanzar el balón siendo un niño en Texas, Manziel no es un jugador pretendido y enfrenta posibles cargos penales por un incidente reciente sobre el que su ex novia asegura que el jugador la golpeó y amenazó con matarla.
Los Browns seleccionaron a Manziel en la primera ronda del draft en 2014 con la esperanza de que no sólo se convirtiera en la solución a largo plazo a sus problemas de quarterback sino que reviviera una franquicia en declive.
En vez de eso, resultó ser un constante dolor de cabeza por dos años.
Cleveland no pudo soportar más mentiras, fiestas y distracciones.
Los Browns habían planeado prescindir de Manziel el miércoles, cuando inició la agencia libre y empezó el nuevo año de actividades de la liga. Sin embargo, el equipo esperó para ver si podría encontrar un equipo interesado en hacer un canje, y de esa manera tendría que pagar a Manziel los 2,1 millones de dólares que aún le deben por las próximas dos temporadas.
Pero nadie quiso ceder nada por Manziel, que el pasado fin de semana se encontraba en Las Vegas y ha sido visto en clubes nocturnos del área de Los Angeles durante los últimos días.
Manziel jugó en 14 partidos con los Browns. Lanzó para 1.675 yardas con siete touchdowns y siete intercepciones.