Hace un año, los Padres de San Diego era el equipo en boga, con expectativas por las nubes. Ahora, el discurso es de un tinte comedido.
Es lo que pasa cuando una audaz apuesta fracasa estrepitosamente, como le ocurrió a A.J. Preller en su primer año como gerente general de la franquicia.
Apuntándole a los playoffs, Preller salió de compras y se deshizo de los mejores prospectos de la organización dentro de una ráfaga de canjes para adquirir a estrellas como Matt Kemp y Justin Upton, además de James Shields en la agencia libre.
En vez de clasificarse a los playoffs, con la nómina rebasando los 100 millones de dólares por primera vez, los Padres terminaron con marca de 74-88, sufriendo tres derrotas más que el año previo.
Las cosas les salieron tan mal que despidieron a dos managers en cuatro meses. Bud Black pagó los platos rotos en junio. Pat Murphy, el reemplazante interino, tampoco pudo revertir la situación y le dejaron ir tras finalizar cuartos en la división Oeste de la Liga Nacional.
¿Qué pasó?
«Tuvimos buenos y malos momentos. Demasiados altibajos. Mucha inconsistencia», resumió el jardinero derecho Kemp. «Necesitamos ser un poquito más consistentes y jugar mejor pelota en el inicio y cerrar fuerte».
En cuanto a números fríos, el pitcheo permitió 731 carreras, 208 más que el año previo. Sus bateadores acabaron últimos en porcentaje de embasado (.300) en las mayores. Kemp remolcó 100, pero su OPS de .755 y deficiencias defensivas mostraron a un jugador con un valor menguado.
¿Y ahora?
Los Padres insisten que no están en remodelación. No obstantes, lo hecho durante el invierno refleja a que se mira más al futuro que el presente, cuando dejaron que Upton y el abridor derecho Ian Kennedy partieran en la agencia libre, y al canjear al cerrador Craig Kimbrel y al preparador de mesa Joaquín Benoit.
El traspaso de Kimbrel a los Medias Rojas de Boston sirvió para surtirse otra vez con prospectos, aunque ninguno listo para jugar ahora con el equipo grande. Perder a Upton y Kennedy les asegura tener tres selecciones en los primeros 27 turnos del próximo draft.
Aunque sin generar la clase de impacto de las transacciones del año pasado, Preller buscó reacomodar piezas.
Alexei Ramírez asume la titularidad en el campocorto, mientras que Fernando Rodney sustituye a Kimbrel como cerrador. Jon Jay asume el puesto de jardinero izquierdo tras un canje con San Luis en el que cedieron al infielder Jedd Gyorko, lo que les permitió poner a Wil Myers en la primera base.
Pese a sus modestos registros de embasado, el intermedista Cory Spangenberg y el antesalista venezolano Yangervis Solarte siguen al frente del orden ofensivo.
NUEVO MANAGER
Cuando inició la búsqueda de un piloto, Preller puso énfasis en la necesidad de contratar a un líder que aporte energía y que fuera alguien que los jugadores «iban a respetar y querer jugar».
Andy Green fue el elegido y se bautizará como manager en las mayores. Con 38 años, es más joven que Rodney, quien cumplirá los 39 el 18 de marzo. Viene de trabajar como coach de tercera base de los Diamondbacks de Arizona, un rival de división. Tendrá a Mark McGwire como el coach de bateo, luego que pasar las últimas tres campañas en esa función con los Dodgers de Los Ángeles, otro oponente en el Oeste.
Un jugador a quien podría rescatar es Myers, quien se ha atascado desde que ganó el Novato del Año con Tampa Bay en 2013. Afectado por una lesión en la muñeca izquierda, Myers apenas pudo disputar 60 juegos el año pasado.
«Es una etiqueta distinta este año que la que Padres tuvieron el año pasado. Creo que este grupo de jugadores disfruta esa condición, y la vamos a asumir con gusto», afirmó.
EL PITCHEO COMO CLAVE
Si hay algo que puede sacar a flote a San Diego, ese es el desempeño de su rotación. Se suponía que el trío conformado por Shields, Andrew Cashner y Tyson Ross era garantía de éxito, pero el porcentaje de efectividad de sus lanzadores abridores fue un mediocre a 4.13, a mitad de tabla en el Viejo Circuito.
También se supone que todo lanzador que viene procedente de la Liga Americana a la Nacional la va a pasar bien, en particular si tu estadio es el inmenso Petco Park. Ese no fue el caso de Shields, quien terminó con su efectividad (3.91) más alta desde 2010 y permitió 19 de sus 33 jonrones en casa.
Pese a la presencia de Kimbrel y Benoit, los relevistas quedaron 13ros en la Nacional en efectividad. Ahora se la juegan con Rodney. De anotarse 48 rescates y ser convocado al Juego de Estrellas con los Marineros de Seattle en 2014, el dominicano nada más pudo lograr 16 en la pasada campaña y fue transferido a los Cachorros en agosto.
TORPEDERO
Alexi Amarista fue el campocorto en 2015 y bateó para .204 con 357 apariciones al plato. El OPS de todos sus torpederos fue de .579, el más bajo de la Nacional.
Así que la adquisición del veterano Ramírez (cumplirá los 35 años en septiembre), con un contrato de cuatro millones de dólares por una campaña, representa una mejoría. El cubano fue seleccionado al Juego de Estrellas en 2014, pero luego declinó a un promedio de .249 con 10 jonrones y 62 impulsadas con los Medias Blancas.
CONCLUSIÓN:
Las proyecciones de Fangraphs.com les sitúan con un récord idéntico al del año previo y por décimo año seguido se quedarían fuera de la postemporada.
Todo el mundo estará pendiente a si los Padres se rezagan temprano. En ese caso, Ross, Cashner y hasta Shields podrían ser carnada para canjes. Ross sería el más atractivo, ya que no será agente libre hasta después de 2017.