Con sendas llaves de estrangulamiento que derrotaron a dos respetados campeones, Nate Diaz y Miesha Tate consiguieron lo improbable en dos victorias que cambiaron el escenario de las artes marciales mixtas en el UFC 196.
Diaz obligó a Conor McGregor a golpear la lona cuando quedaban 48 segundos del segundo asalto el sábado por la noche, poniendo fin a la racha de 15 triunfos del astro irlandés, en un combate sin títulos en juego.
Por su parte, Tate ganó el título de peso gallo de la UFC en el MGM Gran Garden Arena, tras imponerse a Holly Holm con una llave de estrangulamiento por la espalda que dejó aparentemente inconsciente a la campeona a 90 segundos de terminar el quinto asalto.
Los resultados conmocionaron al público que agotó las entradas y a una de las mayores audiencias de pago por visión en la historia del deporte.
También complicaron dos combates que se habían planteado para los próximos meses. Se esperaba que McGregor peleara en el combate principal del UFC 200 en julio, mientras que en teoría la siguiente pelea de Holms iba a ser una revancha con Ronda Rousey, que perdió el título en noviembre al ser noqueada por Holms.
Diaz y Tate tenían sus propios planes.
McGregor (19-3) golpeó e hizo sangrar a Diaz (20-10) en el primer asalto y la mitad del segundo. La estrella del peso pluma, que aceptó el combate con menos de dos semanas de antelación y fuera de su peso habitual, cambió de pronto el ritmo de la pelea con una batería de puñetazos antes de obligar a McGregor a golpear la lona.
Antes, Tate (18-5) se convirtió en la tercera campeona de 135 libras en la historia de la UFC al derrotar a la mujer que noqueó a Ronda Rousey en noviembre.
Holly Holm se desvaneció y pareció quedar inconsciente por la llave de estrangulamiento que le aplicó Tate. Holm volvía a estar en pie poco después y Tate elogió a su rival derrotada.
«No hay mucha gente que no se hubiera rendido», dijo Tate. «Cayó como una campeona».