Las autoridades federales buscaron el jueves desechar una investigación penal sobre el magnate de la industria energética y copropietario del Thunder de Oklahoma City, Aubrey McClendon, quien murió al estrellar su automóvil horas después de que se anunció esa pesquisa.
Entretanto, los abogados del dueño de grandes terrenos en el noroeste del estado de Oklahoma presentaron una demanda colectiva contra Chesapeake Energy, la empresa encabezada por McClendon, por acusaciones de complot que involucran a otro ejecutivo de la industria, Tom Ward, ex director general de Sandridge.
La división antimonopolio del Departamento de Justicia, con sede en Chicago, alegó en la acusación original que McClendon y varios colaboradores no identificaron orquestaron el complot para presentar ofertas fraudulentas a fin de ganar contratos de alquiler de terrenos en el noroeste de Oklahoma. Ward, amigo de McClendon durante años, fue uno de los cofundadores de Chesapeake en la década de1980.
Dirigía también Sandbridge en el momento en que habría ocurrido el complot.
Investigadores estatales señalaron que las investigaciones sobre la muerte de McClendon tardarían meses en completarse. El sargento policial de Oklahoma City, Ashley Peters, dijo que una pesquisa sobre la colisión del miércoles tardaría hasta dos semanas.
Por su parte, la oficina del médico forense en Oklahoma indicó que una investigación sobre la autopsia llevaría incluso tres meses.
Las autoridades tratan de averiguar si la colisión fue intencional. McClendon era el único ocupante la camioneta deportiva en el momento en que se impactó de lleno contra la cuneta que delimita un puente de concreto.