Ninguno de los cuatro candidatos a la presidencia de la FIFA obtuvo los dos tercios necesarios para ganar la elección en la primera ronda, y la elección pasó a una segunda etapa de votación.
Gianni Infantino, secretario general de la UEFA, consiguió la mayor cantidad con 88 votos, seguido por el jeque Salman de Bahrein con 85. El príncipe Alí de Jordania logró 27, y el francés Jerome Champagne siete.
Un candidato necesitaba 138 de los 207 votos para ganar en la primera ronda, pero sólo requiere de una mayoría simple 104 para imponerse en la segunda y ser el sucesor de Joseph Blatter.
Antes de la elección presidencial, la FIFA aprobó un abarcador paquete de reformas destinadas a erradicar la corrupción.
El jeque Salman era el favorito para lograr el cargo, incluso en la primera ronda, pero sorpresivamente recibió menos votos que Infantino.
Un quinto candidato, el sudafricano Tokyo Sexwale, anunció repentinamente su retirada durante su discurso ante el congreso, declarándose a disposición del próximo presidente.
«Les hablo desde el corazón, no a partir de un discurso en una hoja de papel. Mis logros en Asia lo dicen todo. Ayudar a las naciones pequeñas es prioritario», aseguró Salman, presidente de la confederación asiática, durante su discurso ante el congreso. «Gane quien gane, mañana tenemos que estar todos unidos», reclamó.
Kuwait e Indonesia no pueden votar debido a la interferencia de sus gobiernos en las federaciones, lo que deja un total de 207 papeletas entre las 209 federaciones afiliadas.
Infantino, por su parte, hizo gala de su dominio de los idiomas en su alocución, y soltó un guiño a las confederaciones latinoamericanas, hablando parcialmente en español y reiterando su compromiso a financiar programas de desarrollo.
«El mundo tiene que agradecer a Sudamérica lo que da la a FIFA. La Conmebol es la confederación más pequeña en número, pero en fútbol es la más grande», opinó. «Tenemos que seguir trabajando por el futbol sudamericano. CONCACAF tiene federaciones pequeñas y grandes, con diferentes niveles. La FIFA no tiene que frenar, tiene que estar allí».
Funcionarios de la FIFA, delegados y observadores dijeron el jueves a The Associated Press que las encuestas entre votantes y confederaciones indicaban que Salman era el candidato que congregaba más apoyos, aunque esos pronósticos no se cumplieron en la primera votación.
El nuevo presidente asumirá la difícil tarea de liderar la renovación de la FIFA, que intenta dejar atrás décadas marcadas por los escándalos de corrupción, y que aprobó en masa enmiendas acordes, previo a los discursos de los cinco candidatos.
Desde la fundación del organismo internacional en 1904, no se disputaron elecciones peleadas hasta que Stanley Rous fue elegido en 1961. El inglés fue superado por Joao Havelange en 1974.
Sin oposición alguna, Havelange presidió la FIFA durante 24 años. El brasileño fue reelegido por última vez en 1994 antes de ser reemplazado por Joseph Blatter, cuatro años después.
Blatter ganó dos de sus cinco elecciones sin enfrentar rivales, y también se impuso en la quinta celebrada en mayo, aunque dejó el cargo a los cuatro días, después que autoridades suizas detuvieran durante aquel congreso a varios miembros de la FIFA, incluidos dos vicepresidentes.
«Las reformas son un paso en la línea correcta. Soy el único candidato que ha demostrado estar comprometido con una nueva FIFA», dijo Ali, quien aglutinó 73 votos en los comicios anteriores.
Blatter no podrá entregar formalmente el trono, ya que en diciembre fue suspendido por la FIFA durante ocho años por autorizar un pago de dos millones de dólares al presidente de la UEFA, Michel Platini, en 2011. La sanción fue reducida a seis años el miércoles.