La Conmebol cerró filas y confirmó el jueves su voto unánime a la candidatura de Gianni Infantino para la elección presidencial de la FIFA.
«Vamos a votar en bloque por Infantino. Serán 10 votos unidos. Tanto si es en primera ronda como si llegamos a una segunda vuelta», declaró a la salida del congreso del organismo el presidente de la Conmebol, el paraguayo Alejandro Domínguez. «Nuestra posición siempre fue seria. Gianni lo sabe, y los otros candidatos también. Conmebol se cree en posición de aportar mucho más a la FIFA de lo que hoy está aportando».
A un día de los comicios a la presidencia del máximo organismo del fútbol mundial, la Conmebol escenificó así su unidad, tras unas seis horas de reunión entre sus delegados, que incluyó el comité ejecutivo de la confederación, más visitas del suizo Infantino y su principal, rival, el jeque Salman de Bahrein.
Las previsiones se mantienen inciertas, destacando ambos como favoritos, muy por delante del resto de candidatos: el Príncipe Ali, de Jordania, el francés Jerome Champagne y el sudafricano Tokyo Sexwale.
Preguntado por las consecuencias que podría tener para Conmebol una victoria final de Salman, Domínguez se mostró firme en la posición tomada.
«Hemos analizado riesgos, y hemos vuelto a recibir a todos los candidatos de nuevo, pero no tenemos miedo. La democracia nos exige a convivir con diferencia y construir con diferencia. Gane uno u otro, vamos a coexistir y trabajar por el futuro. Estamos a favor de la FIFA y del fútbol», sentenció.
La Conmebol había confirmado el miércoles su respaldo unánime a Infantino, según declaró a la AP el vicepresidente de la confederación sudamericana, Ramón Jesurún, quien ya quiso salir al paso de los reportes que apuntaban a un posible voto divido.
«La disposición es de apoyo total a Infantino. Llegaremos a las elecciones de forma mancomunada como se lo prometimos a él mismo. No existe disensión, ni la más mínima discusión al respecto. No va a haber ningún cambio», enfatizó entonces Jesurún.
Existía, pese a todo, cierto escepticismo respecto a la Conmebol, que no logró presentarse unida a las pasadas elecciones de mayo, cuando Uruguay rompió con el bloque y respaldó al Príncipe Alí, en lugar del eventual ganador, Joseph Blatter.
Aquel congreso fue sacudido por el arresto de siete dirigentes latinoamericanos acusados de corrupción, entre ellos el uruguayo Eugenio Figueredo, entonces vicepresidente de la FIFA.
Blatter acabó renunciando a los pocos días por la presión internacional, abriendo la puerta a los actuales comicios, tras 17 años de mandato.
Domínguez se declaró decidido a combatir la corrupción en la propia institución sudamericana y dijo que el organismo inició gestiones para personarse como víctima en la causa de la justicia uruguaya contra Figueredo, quien fue presidente de Conmebol, previo a Juan Angel Napout, compatriota y antecesor de Domínguez
Figueredo está preso en Uruguay y coopera con las autoridades de ese país tras ser imputado de estafa y lavado de dinero, en un caso relacionado con la comercialización de la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana. Esa pesquisa se puso en marcha a raíz de denuncias de clubes uruguayos y el sindicato de futbolistas.
«Creemos que Figueredo debe devolver el dinero a la Conmebol, que en este caso es una víctima», puntualizó.
Sobre la figura del director ejecutivo de la institución, Gorka Villar, a quien Figueredo señaló como responsable de supuestamente presionar a los clubes uruguayos para que retiraran sus denuncias, Domínguez prefirió no pronunciarse, alegando desconocimiento de la situación.
«Llevo poco tiempo de presidente y todavía no conozco a la gente. No puedo prejuzgar a nadie, y Gorka Villar tiene un derecho legítimo a la defensa», explicó. «Otra cosa es la valoración que voy a hacer yo sobre las personas que me rodean. No voy a mantener nada en pausa. Los cambios que se tengan que dar en Conmebol se van a dar».
Apercibido sobre el hecho de que Napout, otro ex mandatario detenido por corrupción, también hizo un discurso similar al tomar posesión de su cargo, el actual presidente de Conmebol quiso despedirse con la petición de un voto de confianza, al tiempo que lanzó un mensaje de optimismo de cara al futuro de la confederación sudamericana.
«Nosotros tenemos el poder del fútbol. Seguimos teniendo los mejores jugadores y el fútbol, que es el deporte más bello del mundo, no va parar. Yo me hago responsable de mis palabras y espero que se me juzgue por mis acciones», concluyó.