Luego de todos los títulos de bateo y trofeos individuales, el valor de Miguel Cabrera para los Tigres de Detroit esta campaña pudiera estar en otro hito.
«Jugar 160 partidos», dijo el venezolano. «Ése es mi objetivo».
Hay varias razones por las que los Tigres cayeron al último lugar en la división central de la Liga Americana la temporada pasada, pero quizás el factor más obvio fue la salud de Cabrera. El toletero de 32 años conectó .338, para ganar su cuarta corona de bateo en la Americana en cinco campañas, pero jugó solamente 119 partidos. Hace tiempo que Cabrera no ha estado saludable una campaña completa y es una tendencia preocupante para un equipo de Detroit que trata de volver al rendimiento que le permitió ganar la división cada temporada desde el 2011 hasta 2014.
Cabrera tenía promedio de .350 cuando dejó un partido contra Toronto el 3 de julio con una lesión de la pantorrilla izquierda. Tras ganar ese partido, los Tigres tenían marca de 40-39 y estaban apenas a un juego y medio de un puesto en la postemporada. Para cuando Cabrera regresó a la alineación a mediados de agosto, Detroit estaba cuatro juegos debajo de la marca de .500 y había cambiado a David Price, Yoenis Céspedes y Joakim Soria con la mira en el futuro.
No hubo reconstrucción, no obstante. Los Tigres invirtieron fuertemente al concluir la campaña, adquiriendo a los agentes libres Justin Upton y Jordan Zimmermann en otro intento por sumar su primer título de Serie Mundial desde 1984. Ahora el asunto es si jugadores como Cabrera, Víctor Martínez y Justin Verlander pueden mantenerse saludables.
Cabrera realizó prácticas de bateo el martes, cuando Detroit tuvo su primera sesión oficial de entrenamientos para jugadores de posición. Se vio usualmente animado cuando habló con la prensa antes de las prácticas, diciendo en tono de broma que los Tigres siguen «invictos» este año.
«Él en general está de muy buen ánimo», dijo el manager Brad Ausmus. «Él disfruta lo que hace, se divierte jugando béisbol, y se divierte con sus compañeros».
Cabrera habló también de un viaje tras la temporada en el que conoció al astro de Barcelona Lionel Messi.
«Yo estaba como un niño», dice Cabrera. «Él es un gran tipo. Tímido».
De más importancia para los Tigres, por supuesto, fue el hecho de que Cabrera no necesitó ningún procedimiento médico significativo. Entre el 2004 y el 2012, el venezolano jugó en al menos 157 partidos por campaña, a excepción de una, pero desde que ganó la Triple Corona en el 2012 ha estado lidiando con una serie de lesiones y dolencias.
Jugó apenas 148 partidos en el 2013 y aunque ganó su segundo premio al Jugador Más Valioso ese año, se vio significativamente limitado en la recta final debido a un desgarro en la ingle. Tras operarse entre campañas, jugó 159 partidos en el 2014, pero fue afectado por problemas en los tobillos y se operó de nuevo en octubre por ese problema.
El año pasado, bateó 18 jonrones, su menor total desde su primera mitad de campaña en las mayores en el 2003 con Florida. Tras ganar cuatro títulos divisionales seguidos, Detroit cedió el primer puesto a Kansas City, que ganó al final la Serie Mundial.
Antes de la campaña del 2014, Cabrera firmó un contrato de 292 millones de dólares por 10 años con los Tigres y sus problemas con lesiones han generado serias preocupaciones sobre su producción a medida en que pasen los años. Si Detroit no le hubiese dado ese contrato, se pudiera haber convertido en agente libre tras la campaña pasada. Quizás los Tigres pudieran haberle dado un contrato menos jugoso, dado su historial de lesiones pero también pudieran haberle perdido a otro equipo.
Pero los Tigres hicieron su nuevo compromiso hace un par de años, lo que les deja en posición de beneficiarse en el 2016 si el estelar toletero puede completar y finalizar la campaña.
«El objetivo es seguir saludables y competir», dijo Cabrera. «Tenemos una división difícil. Tenemos que vencer a Kansas City y otros equipos».