Jenrry Mejía se convirtió el viernes en el primer pelotero suspendido de por vida bajo el acuerdo antidopaje de las Grandes Ligas, luego que el relevista dominicano de los Mets de Nueva York dio positivo por tercera vez de una sustancia para mejorar el rendimiento.
La oficina del comisionado de las Grandes Ligas informó que Mejía dio positivo de boldenona, un esteroide derivado de la testosterona. Varios deportistas han usado esta sustancia para aumentar la masa muscular. El anabólico se llegó a emplear también en caballos de carreras.
El lanzador de 26 años era cerrador de los Mets antes del 11 de abril, cuando se le suspendió por 80 juegos, luego de arrojar un resultado positivo de estanozolol, una droga popular entre los culturistas. En aquel momento, Mejía comentó, «puedo decir sinceramente que no tengo idea de cómo una sustancia prohibida terminó en mi organismo».
Volvió el 12 de julio, apareció en siete encuentros con Nueva York y se le suspendió por 162 compromisos el 28 de julio, tras un resultado positivo de estanozolol y de boldenona.
«Estamos profundamente decepcionados», manifestaron los Mets.
La organización de las Grandes Ligas no emitió declaraciones, y un vocero de los agentes de Mejía indicó que no tenía comentarios sobre el tema.
En noviembre de 2005, bajo presiones del Congreso para endurecer los programas antidopaje, los peloteros y los clubes de las mayores acordaron que un tercer resultado positivo en los análisis derivaría en una suspensión vitalicia.
Mejía puede solicitar dentro de un año que el comisionado de las mayores Rob Manfred revoque el castigo. Manfred tiene poder discrecional para hacerlo, pero el regreso eventual no podría ocurrir antes de la temporada de 2018.
Si la solicitud es rechazada, Mejía puede pedir que un juez de arbitraje levante la suspensión, al afirmar que ésta no obedece a una «causa justa». El juez no puede reducir la suspensión a menos de dos años.
Ningún jugador había recibido este castigo vitalicio bajo el programa de las Grandes Ligas.